La devoción a la beata sor Francinaina Cirer se conserva muy viva
todavía. Así lo demuestra el hecho de que durante el pasado año el
sepulcro de la beata fue visitado por más de 14.000 personas. Estas
son las cifras que ofrece el Obispado de Mallorca y que muestran
también que los peregrinos a pie superaron las 900 personas.
Precisamente, ayer los sencellers homenajearon la figura de sor
Francinaina y, como de costumbre, la fiesta fue de lo más sencilla.
Los participantes desfilaron por la capilla del convento de las
monjas para homenajear el sepulcro de la beata y fueron muchas las
personas que acudieron vestidas de payesas. La delegada de Govern,
Catalina Cirer, tampoco se quiso perder la fiesta.
Al son de las xeremies, todos fueron en alegre y respetuosa
procesión hasta la plaza, donde se depositaron los ramos de flores.
La celebración adquirió un tono más ceremonioso con el oficio
religioso. Un grupo de vecinos recogió fondos a favor de la labor
que realiza la misionera sencellera Francisca Pons en Honduras para
ayudas a los niños y las personas mayores.
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