Balears se presenta en Escandinavia

Esta presentación se inicio ayer, martes, en uno de los salones del hotel Radisson, en pleno centro de Oslo, a la vera del palacio real y a menos de un kilómetro de su bello puerto jalonado de restaurantes que por las noches se convierte en obligado punto de encuentro, como pudimos comprobar la noche anterior cuando fuimos con Los Valldemossa a cenar, en cuya sobremesa nos contaron que «estuvimos hace veinticinco años, durante dos meses, cantando en el hotel Bristol, el más lujoso de Oslo. Como eran tiempos en que Franco había ordenado los últimos fusilamientos poco antes de morir, y aquí no se quería saber nada de España, nos presentaron como Los Valldemossa de Cataluña».

Tras abonar la cuenta, carísima, así que ojito con lo que se pide "un Marqués de Cáceres, por ejemplo, cuesta 5.200 pesetas la botella", regresamos a pie al hotel. En contra de lo que sucede en las Illes, concretamente en Mallorca, en estos días, en la capital de Noruega luce un espléndido sol y la temperatura es muy agradable, especialmente por las noches, donde la claridad se prolonga hasta bien entrada ésta. Esperemos que esta buena climatología nos acompañe en el resto del viaje. A lo largo de la mañana de ayer, en lo que se preparaba en uno de los salones del hotel todo el tinglado del workshop, o presentación de Balears en Noruega, ante 53 empresas turísticas de este país, la expedición balear salió a dar una vuelta por los alrededores.

En nuestro grupo, integrado por Birguitta de Suecia, Tiffany Blackman, Els Valldemossa, Olga Bestard y José María Gómez, del Golf Santa Ponça y quien suscribe, guiados por Losen Syberg, noruega, con una tienda en una de las vías más importantes de Oslo, tras pasar por dicho establecimiento, donde le regaló a Tiffany un «elg», la mascota noruega, hicimos un recorrido a pie por el puerto, donde nos encontramos casualmente con su hija, una bella y rubia jovencita llamada Bettina, que también conoce Mallorca y que en Oslo posee una escuela de baile de salón.

Frente a la fachada del ayuntamiento, la que mira hacia el mar, coincidimos con un grupo de coreanos a los que Olga recomendó que visitaran Mallorca tras presentarles a Birguita de Suecia, por lo cual alucinaron, pues no cada día un coreano conoce personalmente a una princesa de carne y hueso, y luego, en tranvía "la princesa sueca reconoció que era la primera vez en su vida que subía en ese tipo de transporte público", nos acercamos hasta un maravilloso parque: el Wingerland, caracterizado por sus numerosas esculturas de desnudos, algo que debe ver "dicho parque" quien vaya a Oslo, donde coincidimos con otros miembros de la expedición que se habían acercado hasta allí por su cuenta, entre ellos la sueca Lena Terngard, de Viva Hoteles & Resort, quien también conoció personalmente a su compatriota Birguita.