Ha nacido una estrella

Aun así, Juan David se ha trabajado su camino paso a paso hasta el momento: estudió interpretación durante dos años y realizó distintos talleres de caracterización, maquillaje, interpretación, es coreógrafo y tiene el magisterio musical... lo que se dice un chico completo. Pero realmente, como él dice, la vida de un actor conlleva un aprendizaje continuo y él está dispuesto a llevarlo a cabo, como ha demostrado hasta ahora. Ya llevaba varios años introducido en este mundillo antes de entrar en el programa. Promocionaba con su grupo Blue Child su primer cd, por lo que ya se había subido a escenarios y colocado frente a las cámaras, aunque admite haber aprendido mucho con la experiencia televisiva. Por qué no decirlo, parece que las cámaras le quieren, demostrado está tras haber pasado por numerosos cástings durante más de dos meses de pruebas antes de entar en la academia de Antena 3.

No ha habido decepción al conocer el final del programa, pero sí sorpresa por parte de todos los participantes, según palabras de Juan David. «Cuando entras nunca sopesas qué va a pasar, todo es impredecible, pero nunca esperas un final así», dice. Aunque el programa no haya tenido el éxito esperado, los chicos han recibido todo el apoyo de grandes como Antonio Banderas, Woody Allen, Maribel Verdú o Beatriz Carvajal. «Detrás teníamos a grandes profesionales preocupándose y encargándose de nosotros», recuerda. La experiencia, que siempre ha sido calificada de positiva por Juan David en todos los aspectos, hace que nuestra joven promesa se enorgullezca de que una persona de la talla de Juan Ramón Lucas haya apostado tan fuertemente por ellos.

Mención especial merecen algunas de las anécdotas vividas dentro de la escuela, como la que cuenta Dávila cuenta del primer día, cuando después de haber soltado la adrenalina del momento, al disponerse a dormir en las macrohabitaciones, las luces no estaban apagadas, y la gran frase fue: «Rafa, dale al interruptor». Y Rafa, allí, dale que dale, sin conseguir apagar la luz, porque en la tele todo es mentira y los de realización, que tenían que apagarlas, se habían olvidado. Otro recordatorio que se llevan de la escuela son los calambres producidos por los cables debido a la falta de tomas de tierra, aunque está claro que después de una semana allí todos eran inmunes al dolor ya.

Después de recibir el merecido descanso de toda esta locura que acaba de vivir, Juan David tiene la intención de moverse para intentar promocionar su cd y organizar una mini gira que con mucha ilusión, si pudiese, comenzaría en Mallorca. Lo más importante es que nuestra nueva estrella ya tiene abiertas las puertas al camino de la alfombra roja que le llevará al éxito. Como favorito que es, ya tiene ofertas en su mesa, pero como él dice, «hay momentos en los que hay que arriesgarse por algo» y él ha apostado por su formación aprovechando la oportunidad que Zepelin ofrece a los 16 participantes de estudiar durante dos meses en la escuela de arte «Ripart Memory» en Madrid. Esperamos disfrutar de su compañía pronto y con tan buenas noticias como las que le han llevado hasta nosotros. ¡Enhorabuena Juan David!