El alcalde manifestó por su parte que «Catalina tendrá libertad
para hacer su lista, pero tanto yo como Rodríguez, como otras
personas del partido, le daremos muchos nombres que creemos que son
válidos para los cargos que han de ocuparse». En este sentido, la
delegada del Gobierno afirmó que «soy una mujer de partido y sólo
faltaría que ahora me saltara la disciplina de mi partido porque
soy la candidata».
En lo que se refiere a los posibles cambios en las listas
municipales, el alcalde explicó «que no entiendo las críticas de la
oposición al señor José María Rodríguez. Yo siempre he dicho que
todos los concejales son como si fueran el alcalde. He de darle
gracias públicamente por haberme protegido en muchos casos y por
haber recibido por mi culpa muchas bofetadas. Ha hecho un trabajo
excelente y no hay nadie que no se lo agradezca. Todo mi equipo me
ha ayudado mucho a tomar decisiones y ahora ayudaremos a Cirer a
ser la alcaldesa de Palma».
La actual delegada del Gobierno quiso dejar bien claro que su
condición de mujer no había sido decisiva a la hora de escogerle
como candidata a la Alcaldía por los populares. «Me han elegido
porque he sido consellera del Govern balear y durante seis años
delegada del Gobierno. Que haya sido elegida por ser mujer es una
falacia. Ha sido por el trabajo realizado a lo largo de todos estos
años». Ésta será la primera vez que Cirer se enfrente a unas
elecciones porque hasta la fecha los cargos que ha desempeñado han
sido designados Fageda aseguró que «cuando Catalina sea alcaldesa
seré su asesor y le ayudaré en todo lo que pueda». El alcalde
explicó que continuará ligado al Ajuntament de Palma de forma
directa si Cirer ocupa su lugar, «pero con toda seguridad ocuparé
un lugar en la lista autonómica de mi partido en las próximas
elecciones».
Fageda dijo que «después de Bon Sosec me he quedado sin empresa
y sin dinero y, a pesar de que ya estoy en la edad de jubilación,
creo que mi experiencia política de veinte años se ha de poder
aprovechar». Por su parte, Cirer señaló que «el mes de enero ya no
seré la delegada del Gobierno. He de reconocer que tengo mucha
curiosidad por saber quién será mi sucesor al frente de la
Delegación porque es una casa que me conozco muy bien y a la que
quiero como si fuera un hijo, pero también he de reconocer que no
tengo ninguna capacidad para influir en la designación de mi
sustituto. Me gustaría que fuera alguien con quien fuera fácil
trabajar en el futuro».
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