Pasar una noche fondeando en las aguas de Cabrera no es una tarea
fácil en temporada estival. El cupo para fondear es de 50
embarcaciones diarias, y está cubierto en lo que queda de verano.
Es más, muchas embarcaciones se encuentran en lista de espera, ante
una posible baja. Así para los dos próximos fines de semana, esta
lista de espera se sitúa en una media de veinte barcos, según
confirmó un portavoz del Parque Nacional Marítimo-Terreste de
Cabrera.
Los días con mayor demanda son los sábados, en los que la lista
de espera suele rondar entre las 20 y 21 embarcaciones. Mientras
que los días con menor incidencia son los lunes y los martes, con
una media de 14 barcos. Durante los meses de julio y agosto, sólo
se permite pernoctar una noche; mientras que en junio y septiembre
dos. En los meses restantes, y debido al escaso tráfico de
embarcaciones, se puede llegar a fondear un total de siete noches.
El fondeo diurno es distinto, ya que se envían los barcos al sur de
Cabrera, donde pueden echar el ancla, pero no desembarcar en las
playas.
El proceso que se debe seguir para conseguir navegar por esas
aguas consiste en solicitar con un máximo de 20 días, y un mínimo
de tres días de antelación, una de las cincuenta boyas habilitadas
para ello. Posteriormente, el Parque Nacional Marítimo-Terreste de
Cabrera responde a las solicitudes según van llegando. Si se trata
de la primera vez que se pide permiso para fondear en Cabrera, el
interesado, además de cumplimentar la correspondiente solicitud con
los datos de la embarcación, deberá presentar una fotocopia de la
titulación del patrón y de otra del «despacho», o ficha técnica del
barco, ya sea en mano o por fax.
La gestión de los permisos es totalmente gratuita. Los empleados
del Parque Nacional Marítimo-Terreste recuerdan a todos los que ya
tengan una plaza solicitada y concedida que, si no van a utilizarla
por cualquier motivo, se pongan en contacto con ellos para
anularla, con el objetivo de que pueda ser disfrutada por otros. Si
por cualquier motivo, el interesado no acudiera el día concedido,
perdería la plaza y tendría que volver a solicitarla según el
proceso anteriormente relatado. Esto es lo que sucedió a principios
de agosto, a causa del repentino cambio climático en las islas. Las
lluvias provocaron que sólo fondeasen en las aguas de Cabrera
durante ese fin de semana una media de siete embarcaciones,
originando que el resto de los solicitantes perdiera su plaza.
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