Las barcas de vela latina, listas para zarpar en Cala Gamba.

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La vela latina retornó ayer a la bahía de Palma con motivo de la primera regata con sólo dos tripulantes, organizada por el Club Nàutic de Cala Gamba, que congregó a diez embarcaciones singulares. Al filo del mediodía, los tradicionales aparejos mediterráneos se izaron a una suave brisa de dirección variable, que complicó desde el principio la prueba. Destinada a tres categorías (botes de más de 22 palmos, menores de esta eslora y llaüts) destacó por las constantes roladas que determinaron incluso un cambio en el recorrido previsto y que, según los participantes, favoreció la primera ceñida.

Tras dos horas de tranquila competición en una mar llana y viento que apenas superó la fuerza dos, quedaron ganadores el «Xilb», de Rafael Carrillo, en la primera categoría; el «Toni», de Javier Vicente, en la segunda y el «Volga», de Tolo Rosselló, en la de llaüts.

El objetivo final de esta competición, al igual que otros eventos que a lo largo del año se celebran dentro de esta modalidad, "indica Xavier Mulet, al frente de la Associació de la Vela Llatina", es la salvaguarda de una tradición patrimonial que constituye la esencia marítima balear. Asimismo, cada embarcación posee unas peculiaridades que unidas a un dilatado historial familiar, le confieren una identidad propia. Y el aspecto que ahora presentan es con frecuencia el resultado de un laborioso trabajo de restauración a cargo de especializados mestres d'aixa. Una exigencia artesanal avalada por la antigüedad de las barcas, ya que algunas de ellas datan del siglo XIX.

A lo largo de la presente temporada estas emblemáticas embarcaciones han participado en diversas competiciones, entre las que ha destacado el encuentro de Portocolom, en el marco de las fiestas locales de verano, que suscitó un gran interés popular. Con este espíritu se persigue estimular la reactivación de las unidades que permanecen en situación de inactividad o en peligro de desguace. Pese a la irrupción de los materiales sintéticos, por fortuna en la actualidad todavía se construyen por encargo embarcaciones de madera de este tipo.