La futura Ley de Calidad a la Enseñanza, redactada por el
Ministerio de Educación, difícilmente podrá ser aprobada de manera
definitiva antes de fin de año. Pero los decretos que tendrán que
desarrollarla para que sea aplicable no estarán disponibles para su
aplicación en el curso 2003-2004. Al menos así lo pronosticó ayer
el conseller balear de Educació, Damià Pons, que adujo como ejemplo
el retraso ministerial en el desarrollo de la Ley Orgánica de
Universidades, la cual ha sido desarrollada antes por Balears que
por el Gobierno central, ni que sea con la intención de «paliar sus
efectos negativos».
Damià Pons insistió que «la educación nunca tiene soluciones
definitivas», en referencia a las normativas ambiciosas de la
ministra Pilar del Castillo, las cuales calificó de falsas. En este
sentido, el conseller afirmó que su departamento «ha apostado
siempre por medidas concretas, no por leyes milagrosas» durante sus
tres primeros años de gobierno. Pons presentó ayer los datos
"objetivos" de su primer trienio al frente de Educació, aunque
advirtió que «el equipo sale muy bien si el lector del informe
tiene una capacidad mínima de objetividad».
Durante este periodo, Pons ha incrementado la inversión en
nuevas estructuras, infraestructuras y servicios, el crecimiento
numérico y contractual del profesorado, la promoción de la
formación profesional y universitaria, o la atención a la
diversidad, además de la ampliación de la educación infantil. Y las
cifras cantan: en tres años se han inaugurado 8 centros nuevos y
están en fase de construcción 9 más; algunos de ellos estaban
previstos desde 1992.
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