Patronales, sindicatos, asociaciones de comerciantes y
administración autonómica han alcanzado un acuerdo sobre el
polémico tema de los festivos en que podrán abrir sus puertas las
tiendas de Balears a lo largo de 2003. Serán cinco días, contra los
once que permite la normativa nacional y los 26 que llegan a
plantear en lugares como Madrid. Pero aquí se aplica la Ley de
Comercio aprobada por el Parlament balear en junio de 2001, que fue
posteriormente recurrida por el Gobierno central.
Lo cierto es que este asunto, que solía enfrentar
tradicionalmente a las grandes superficies y cadenas comerciales
con los pequeños tenderos, ha llegado a negociarse en un loable
ambiente de paz social, muy necesario en estos casos.
No era fácil conciliar posturas e intereses tan diferentes en
una comunidad que, precisamente, vive de los servicios. De hecho,
los pequeños comerciantes defienden la idea de no abrir ningún
festivo, lo que perjudicaría principalmente a los consumidores,
acostumbrados a comprar en fechas señaladas "Navidades y Reyes,
sobre todo, y en largos puentes festivos". Frente a ellos, los
representantes de las grandes superficies pedían los once festivos.
Pero se ha conseguido un acuerdo intermedio, a base de ceder unos y
otros y eso es siempre motivo de satisfacción.
Ahora queda pendiente otro tema confuso: las zonas turísticas,
que ahora pueden abrir sus comercios todos los domingos y festivos
mientras dura la temporada alta. Una situación irregular para
algunas asociaciones y sindicatos, que deberá abordarse en frío,
con tiempo y paciencia, para intentar alcanzar un acuerdo que
satisfaga a todas las partes y también, claro está, a los millones
de turistas que ahora se benefician de este sistema.
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