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Miquel Martorell Morro, funcionario del Ajuntament de Palma, se ha jubilado en fecha reciente. Se marcha, pues, una auténtica institución de Cort, una enciclopedia de urbanismo municipal andante debido a que, posiblemente, es la persona que más y mejor conoce la evolución urbanística de Palma, pero sobre todo un hombre bueno y un excelente profesional. Ha colaborado también con el equipo de redacción de la «Gran Enciclopèdia de Mallorca», sobre todo en lo concerniente a los capítulos dedicados a Palma.

Martorell, que siempre ha dicho que «en nuestro departamento se trabaja en equipo, integrado por personas, compañeros, técnicamente especializados en temas de urbanismo», ha tenido siempre muy claro que «nuestro principal objetivo ha sido el de informar puntualmente del plan vigente, lo cual te obliga a conocer todos los acuerdos aprobados. Por otra parte, has de saber ordenar y archivar el Plan General vigente, así como los planes de ordenación anteriores; has de tener los planos de la red de agua y alcantarillado actualizados; debes conocer las recalificaciones de terrenos, las modificaciones puntuales del Plan General, planes parciales, urbanizaciones, P.E.R.I.S., etc.». Y añade: «La Gerència d'Urbanisme es la base para que el Ajuntament pueda recaudar algunos de sus impuestos, como cédulas urbanísticas, alineaciones, contribuciones especiales, actividades, registros de solares...»

Delineante de profesión, y si no andamos equivocados -hasta que se jubiló al menos- el funcionario más antiguo de Gerència d'Urbanisme y uno de los más veteranos de Cort, Miquel Martorell Morro ingresó en plantilla, como interino, en el 52, en el departamento de la sección técnica de obras, a las órdenes del arquitecto Joaquín Izquierdo. Seis años después obtuvo plaza fija como delineante. A lo largo de su dilatada carrera ha desempeñado distintos cargos de importancia, trabajando con diversos arquitectos, y jubilándose como delineante jefe del negociado de la Unidad de Información y Documentación. Eso significa que ha conocido ocho alcaldes y ha vivido cinco planes de ordenación de Palma. En primer lugar, le pilló de lleno el desarrollo del Plan General de Ordenación de Gabriel Alomar, que se inició en 1943; el Plan Municipal de 1963; el Plan General Ribas Pieras, de 1973; el Plan General Municipal, de 1985, y el Plan General de Ordenación Urbana de 1995.

Para Martorell, Joan Fageda ha tenido mucha suerte, no sólo porque durante su mandato se ha desarrollado el Pla Mirall, sino porque no ha tenido que aplicar las impopulares contribuciones especiales, al menos en el número que tuvo que hacerlo Aguiló.