Catalina Cirer y José María Rodríguez escenificaron el final de la crisis tras la reunión de la ejecutiva del PP. Foto: PERE BOTA

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«A partir de ahora el tándem Cirer-Rodríguez funcionará en Palma», advirtió el secretario general del PP balear poco después después de anunciar su renuncia. Una semana y un día después de hacerse pública la postura de Cirer, el PP resolvió ayer una crisis interna que amenazaba con bloquear la candidatura de los populares en Palma. Matas reunió a la ejecutiva regional y a la junta local de Palma para zanjar la crisis con urgencia. El presidente del PP quería que los dos dirigentes populares -Cirer y Rodríguez- cediesen en sus posturas iniciales para intentar desbloquear la grave situación interna que vivía la formación popular. Y lo consiguió. «Ha sido uno de los temas más difíciles a los que me he enfrentado desde que soy presidente del PP balear», admitió Matas, quien ha ofrecido a Rodríguez la posibilidad de formar parte de la candidatura autonómica. Matas relató a los periodistas los detalles de la reunión de la ejecutiva y de la junta local de Palma que analizó una solución pactada a última hora de la mañana en la sede del PP por los tres protagonistas del conflicto.

Después de lo ocurrido, Cirer aseguró que «pocos partidos políticos tienen tanta democracia interna como el PP». Además, la candidata del PP en Palma agradeció públicamente la postura de Rodríguez. «No hay que perder más tiempo en este asunto», pidió el «número dos» del PP balear, quien agradeció «las excusas de Cirer».

Matas supo escenificar el final de una crisis que ha azotado los cimientos del PP balear en plena precampaña electoral. Matas compareció en la sala de prensa acompañado por un sonriente Rodríguez y por una arrepentida -aparentemente- Cirer. El presidente del PP-Mallorca, Pere Rotger, acompañaba a los tres protagonistas de una historia que comenzó el domingo 9 cuando este periódico desveló que Cirer renunciaría a ser la candidata del PP en caso de que Rodríguez impusiese su presencia en la lista municipal. Al día siguiente, Cirer reiteró su voluntad de dejar la política si se le imponía la presencia de Rodríguez en la candidatura de Palma.

A partir de ese momento se plantearon varias soluciones, entre ellas la posibilidad de prescindir de Cirer como candidata. Por su parte, Rodríguez se puso al servicio del PP y meditó abandonar la política municipal para salvar la crisis.