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A lo largo de la presente semana, unidades del Regimiento de Infantería Ligera Palma 47, Unidad de Apoyo logístico LXXI, Unidad de Ingenieros n 14, Unidad de Transmisiones n 14 y Regimiento de Artillería Mixto n 91, todas ellas pertenecientes a la Comandancia General de Balears, están de maniobras en Chinchilla (Albacete). Dirige la operación el coronel Rial, jefe del Regimiento de Infantería. Una vez que éste nos puso al corriente de las operaciones que íbamos a presenciar, nos dirigimos a una parte del campo de maniobras sólo y exclusivamente para tiro real. Nada de ficticio, pues. O, bueno, sí. El enemigo, que mejor que ficticio, imaginario.

Mientras los morteros 120 y 81 lanzan sus cargas, los infantes van avanzando apoyándose en las ametralladoras y en los C90. Observamos que van ganando posiciones al enemigo a través de carreras de 30 metros. Recorren esa distancia, se echan cuerpo a tierra, esperan unos segundos para volver a recorrer otros treinta metros más. Y así hasta que encuentran un obstáculo que requiere la intervención de los ingenieros que, en primer lugar, tras un rápido avance que les pone por delante de aquéllos, lanzan bengalas que al estallar levantan una densa y oscura cortina de humo que impedirá la visión desde la otra parte, lo cual ellos aprovecharán para colocar las cargas explosivas y hacerlas estallar, para, inmediatamente después, lanzar bengalas, ahora de color verde, que indicarán a los infantes la ruta despejada por la que deberán seguir.

Imagínenselo. En el centro de aquel inmenso lugar, a lo lejos del cual emergía una leve loma que era el objetivo a conquistar, avanzaban los infantes fusileros, algunos portando los C-90, o versión del bazoka usar y tirar, otros provistos de ametralladoras medias y ligeras, y un poco por detrás de ellos los zapadores, y algo más en la retaguardia las unidades de moteros de 120 y 81; en sus flancos, artilleros antiaéreos que apoyarán el avance de las unidades de infantería eliminando cualquier peligro que les venga desde el aire, así como lanzadores de misiles Milán contra carro y los recién adquiridos Rebecos, vehículos provistos de lanzagranadas LAG 40, imprescindibles para batir objetivos situados a una distancia relativamente corta.

Pedro Prieto