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Cuando parecía que en Balears se había asentado el buen tiempo, ayer volvieron a aparecer el fuerte viento, las temperaturas moderadas e incluso la nieve, recordándonos que no debemos apartar, de momento, la ropa de abrigo. Rachas de viento de 121 kilómetros por hora en Alfàbia, 115 en Capdepera, 103 en Menorca, 75 en Pollença, 66 en Eivissa y 56 en Palma certificaron que la primavera no es un período de bonanza, sino que se caracteriza por su inestabilidad. También lo demostró el brusco descenso de temperaturas. Aunque ayer no hizo un frío intenso, el termómetro marcó niveles notablemente inferiores a los del día anterior. Así, la máxima de Palma de anteayer fue de 18 grados, pero la de ayer se quedó en 12'9. En Porreres, pasó de 18'4 a 11'8. Y en Lluc, de 15'5 a 7'8. En definitiva, descensos que oscilaron entre 5 y 8 grados.

Sin embargo, el aspecto más llamativo fue, sin duda, y en pleno abril, la aparición de nieve por encima de los mil metros, básicamente en el Puig Major y en el Massanella. En los últimos 20 años, el Puig Major ha visto nieve en abril de 1989, 1990, 1991, 1992, 1994, 1998 y 2003, siempre por encima de los 800 metros. Las lluvias de ayer sólo fueron importantes en Lluc, donde se alcanzaron los 45'8 litros, caídos sobre todos en las primeras horas de la madrugada. En Alfàbia se registraron 21'3 litros y en Portocolom, 12'7.

El puerto de Maó permanecía cerrado en la tarde de ayer a causa del fuerte viento, que también afectó a otros trayectos marítimos de las Islas y a algunos vuelos con llegada y salida en el aeropuerto de Eivissa. Cape Balear también canceló sus líneas entre Ciutadella y Cala Rajada, mientras que, en el puerto de Palma, Trasmediterránea anuló la salida de su barco a Barcelona, prevista para las siete de la mañana.