La venezolana María Carolina Casado, miss América Latina,
descansa unos días en Palma. Ayer estuvimos con ella en el hotel
Albatros (Illetes), que es donde se hospeda y que como saben
pertenece a la cadena Barceló Hotels & Resorts, que es quien la
ha traído, pues en el hotel Barceló Playa Tambor (Costa Rica) fue
donde se proclamó reina de la belleza hispana.
Carolina, además de bella, es una mujer culta, de lo que uno se
da cuenta al poco tiempo de estar conversando con ella. Aunque
ahora, por los compromisos que ha adquirido por ser miss, ha tenido
que abrir un paréntesis en su estudios -está en segundo de
periodismo, «en el cuarto semestre», dice- piensa regresar a ellos
a nada que termine su reinado, porque, aunque le gusta, no ha
pensado ni en ser actriz, ni modelo, sino periodista. ¿Por qué?
«Porque Venezuela, hasta ahora, ha sido un país de gran tradición
de libertad de expresión. Por otra parte, me encanta estar
informada». De todo modos, deja una puerta abierta a lo otro,
«porque puede haber tiempo para todo». En cuanto al periodismo, «me
gustaría hacer audiovisuales, televisión, y si me dan a elegir
entre presentar un telediario o un telemagazin, prefiero el
primero».
Como venezolana, le duele que su país durante muchos meses haya
abierto telediarios en todo el mundo, y no por buenas noticias
precisamente, todo porque «muchos venezolanos no están de acuerdo
con la forma de gobierno de Chávez, por ello, la mayoría del pueblo
no quiere que continúe». ¿Que si ella está entre esa mayoría? Ella
se declara no chavista, lo que significa que lo está, «pero procuro
mirar en positivo lo que está sucediendo, aunque según se dice
tendrán que pasar 18 años para que mi país vuelva a ser el que
fue». Tampoco le gusta el compadreo que hay entre Chávez y Castro.
Ni a ella ni a la inmensa mayoría de jóvenes.
Pedro Prieto
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