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PEDRO PRIETO
Pasadas las cinco de la madrugada se puso punto final al sarao en Pachá que se había iniciado sobre la media noche en el Palas Atenea, cuando la victoria del PP estaba más que consolidada. Jaume Matas, a quien se abrazaban unos y otros, logró cruzar el salón en algo más de hora y media. Y es que a medida que pasaban los minutos, más gente afin al PP se acercaba al citado hotel a celebrar la victoria de esta formación.

Y si la ovación fue estruendosa cuando, sobre las dos de la madrugada, asomaron los de Inca, con su alcalde, reelegido de nuevo, al frente, ya ni les cuento cómo fue el recibimiento que se hizo a Carlos Delgado, cap de llista de la candidatura más votada en Calvià, cuando llegó a bordo de un todo terreno con el resto de componentes de la lista que había superado a la de Nájera, a la que sueñan con mandar con su gente al denominado camarote de los hermanos Marx, un pequeño habitáculo en el que los peperos se han pasado los últimos cuatro años. «De cuanto hemos logrado esta noche -dijo Matas, tras abrazarse a Delgado- lo más meritorio ha sido lo que han conseguido ellos: ¡Ganar en Calvià!».

A las tres y media, unos en el bus del PP, otros en coche, se acercaron a Pachá, donde vimos a un Matas y a su esposa bailar y bailar y bailar... Y es que no era para menos. Por cierto, durante la noche Nájera felicitó a Delgado. El presidente del Gobierno, José Maria Aznar, llamó dos veces a Matas para darle la enhorabuena. La mayoría de los populares apenas durmieron ayer, después de la noche más feliz.