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Amable, muy bronceada y con un buen conocimiento de la realidad menorquina, Ana Botella conversó ayer para Ultima Hora desde su casa de Son Camaró, donde la familia Aznar ha pasado sus vacaciones este verano.

-¿Cómo han transcurrido y cómo concluyen estas terceras vacaciones en Menorca?
-Nos marchamos con la tristeza de tener que abandonar la isla, porque acaban las vacaciones, pero felices por los momentos agradables, compartidos por toda la familia y donde hemos disfrutado de tranquilidad y sosiego.

-¿Cómo han transcurrido estas semanas?
-Desde el primer día ha sido un reencuentro con Menorca y con el mar. Durante todo el invierno he recordado la salida por el puerto de Maó, por la mañana, con el cielo limpio, azul, transparente, y la pureza de colores que identifica a esta isla. La luz de Menorca es tan transparente e intensa que en ocasiones resulta incluso cegadora.

-¿Qué novedades les ha aportado Menorca en estas terceras vacaciones?
-Hemos tenido ocasión de conocer más a fondo el carácter y la manera de ser de los menorquines, personas fieles a su tierra, respetuosos con su cultura, con unas tradiciones transmitidas durante generaciones.

-¿Son Camaró se ha consolidado como la finca de veraneo de la familia Aznar Botella en Menorca?
-Ojalá. Es un lugar ideal para el descanso y el encuentro de toda la familia, pero desconozco si volveremos aquí, aunque tenemos la idea de volver.

-¿Han valorado la posibilidad de adquirir una casa propia en Menorca?
-No entra dentro de nuestras posibilidades. Podría ser una ilusión de futuro. Conocía Mallorca e Ibiza, pero de Menorca no tenía una idea muy clara. Me ha encantado porque hemos encontrado un auténtico paraíso para el descanso.

-¿Qué libros ha leído durante estos días?
-«La sombra del viento», de Carlos Ruíz Safont; la biografía de Claire Gall, una poetisa de principios del siglo XX, muy liberal y de ideas avanzadas; y he releído «Tiempos modernos», de Paul Johnson.

-¿Se han sentido algún momento agobiados por la presión de fotógrafos y periodistas?
-No, como ya he manifestado en otras ocasiones, aquí se practica el «vive y deja vivir». Los periodistas en particular y los menorquines en general son muy respetuosos con las vidas ajenas. No viven del pasado. Procuran tener una visión abierta, de futuro, lo que es muy enriquecedor. Además, hemos recibido numerosas muestras de afecto, respeto y cariño en nuestros recorridos por la isla.

-¿Hay algún plato que les haya gustado más que otros?
-A Jose le encantan las berenjenas rellenas al estilo menorquín. Por la mañana nos gusta a todos desayunar con ensaimadas recién hechas, que son una delicia.

-El hecho de haber sido elegida concejala del Ayuntamiento de Madrid ¿significa un mayor compromiso con el Partido Popular?
-Con el PP y con los ciudadanos de Madrid que votaron la candidatura de la que formé parte. Hace muchos años que soy militante del Partido Popular, de lo que me enorgullezco porque es una organización política que defiende los derechos humanos; es un partido unido, coherente, que trabaja con responsabilidad, que tiene un proyecto global y claro para España, que ha impulsado en estos años una etapa de progreso y prosperidad para nuestro país. Mi compromiso es completo.

-¿Cuándo y cómo se resolverá la sucesión con la designación del candidato a presidente del Gobierno?
-El único al que se le puede formular esta pregunta y puede responderla es el presidente del Partido Popular.

-¿Cuál sería el perfil de la persona adecuada?
-El candidato debe ser un político que anteponga los intereses generales de los españoles por encima de cualquier otro interés personal; tiene que ser trabajador, honesto y con un proyecto de futuro para España.

-¿Y quién será esta persona?
-La que elijan los órganos del partido conforme a lo que determinan los estatutos.

-¿Cree que el PSOE constituye hoy una alternativa de cambio para el PP?
-No, porque no tiene un mensaje coherente ni un modelo de España claro. Sus mensajes son distintos dependiendo de la comunidad autónoma en la que se difundan.

-¿Cree que José María Aznar cerrará su mandato como presidente de Gobierno con un balance globalmente positivo?
-Tras siete años de Gobierno los resultados son elocuentes. En términos objetivos, la España de 1996 no tiene nada que ver con la de 2003.

-¿Le sorprendió la mayoría absoluta que el PP obtuvo en Balears?
-Constituyó una sorpresa agradable, máxime cuando la única opción para gobernar era la mayoría absoluta, puesto que en caso contrario se hubiera repetido el pacto de todos los partidos contra el PP. El caso de Balears evidencia que los pactos promovidos y firmados por el PSOE con otras formaciones, acuerdos sin duda legítimos y amparados por las leyes, en algunos casos, como en Balears, son pactos contra natura, que no han merecido el apoyo de los ciudadanos. En Balears los electores rechazaron el Pacte de Progrés porque evidenciaron que la economía había entrado en un fase de estancamiento, con un gobierno de varias voces que transmitían mensajes dispares. No había acción ni política de gobierno porque nada podía cohesionar aquel magma de cinco partidos totalmente distintos, que sólo se habían unido para impedir el gobierno del Partido Popular. Las elecciones, con el voto de los ciudadanos de estas islas, devolvieron el Govern Balear al PP que ahora tiene la responsabilidad, con Jaume Matas al frente de la Comunidad Autónoma, de recuperar el tiempo perdido y de emprender una nueva etapa de creación de riqueza, de cohesión social y de convivencia ciudadana.