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El primer día de clase para muchos niños y niñas de enseñanza primaria fue ayer, seguramente, una jornada repleta de nervios y de ansiedad ante el previsto reencuentro con los viejos amigos y amigas del curso pasado. Algo de esos nervios y de esa ansiedad, sólo que en un sentido distinto, padecieron algunos padres y madres que acompañaron en coche a sus pequeños al colegio. En este caso, la angustia era debida al previsible reencuentro con los viejos atascos y retenciones del inicio del curso pasado. Un total de 150 agentes de la Policía Local de Palma se encargaron de intentar conseguir que la jornada transcurriese sin incidentes y puede afirmarse que cumplieron correctamente con su cometido, a pesar de que hubo los pequeños atascos esperados.

Uno de los puntos más congestionados a primera hora de la mañana de ayer fue la calle Aragó a la altura de la Vía de Cintura. Cabe recordar que en dicha calle se están efectuando desde hace varios meses trabajos de sustitución de tuberías, por lo que el incremento de vehículos experimentado ayer aumentó aún más las retenciones que se han venido produciendo en las últimas semanas. Esta situación tuvo su momento álgido alrededor de las ocho de la mañana. En la calle Sant Vicenç Ferrer, en la barriada de Son Gotleu, se habilitó un segundo carril de entrada para facilitar la fluidez del tráfico en toda la zona.

En la barriada de Son Rapinya también se produjeron las previsibles retenciones, en especial cuando a las nueve de la mañana hubo una pequeña colisión entre dos vehículos, lo que provocó que el tránsito en la zona se ralentizase durante unos minutos. Fuentes del Ajuntament de Palma señalaron que no se produjeron más incidentes dignos de mención y añadieron que puede haber de nuevo problemas de retenciones mañana miércoles, cuando se incorporen a las clases los estudiantes de enseñanza secundaria.