Una de las juntas de jueces celebradas en Vía Alemania presidida por el decano, Pere Barceló.

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Feliú explicó ayer a este diario que la idea podría ponerse en práctica dentro de un mes, aproximadamente, y se trataría de concienciar a los «malos» conductores a través de unas clases especialmente programadas para ello. «Hace cuatro años pusimos en práctica la posibilidad de premiar al conductor ejemplar que sólo reciba una denuncia al año, ahora son dos, así que nos vamos al otro extremo, siempre con el objetivo de evitar, en la medida de lo posible, los malos hábitos al frente de un volante», explicó. La mala conducción está entendida como aquellas infracciones de límites de velocidad, la adicción al móvil, el consumo de alcohol, el despiste o el cansancio, que multiplican por tres los riesgos de sufrir un accidente.

No todas las infracciones de tráfico tienen carácter penal (muchas son faltas), pero el pasado año la Audiencia de Barcelona dictó una sentencia sin precedentes en la que condenó a 3 años de cárcel y otros 6 de retirada de carné a un conductor que, sin ir bebido, realizó un adelantamiento antirreglamentario y chocó con otro coche, cuyo conductor perdió la vida. El juez decano, Pere Barceló, que presidió ayer la junta que debatió la iniciativa, explicó a este diario que algunas penas por conducción deficiente son susceptibles de ser sustituidas por clases de educación vial, aunque recalcó que el juez «siempre será el que tenga la última palabra».

«No todas las infracciones son iguales ni tienen la misma gravedad, por ello, el juez será el que decida si procede aplicar la pena correspondiente o enviar al conductor a clases», afirmó. Las autoridades locales y nacionales intentan, desde hace varios años, endurecer las sanciones de tráfico y en varias ocasiones han propuesto modificar el Código Penal en delitos y faltas relacionados con el tráfico y la Seguridad Vial. Los jueces, en algunas de las últimas sentencias dictadas, están intentando castigar de forma ejemplar al conductor que muestra «un desprecio absoluto de las más elementales normas de conducción» y que provocan con ello accidentes, muchos de ellos mortales. Advierten que el objetivo no es perseguir al conductor, sino que intentan que las normas de carácter punitivo pretenden proteger a la mayoría de automovilistas contra unos pocos que suponen un peligro para los demás. Sin embargo, también contemplan la posibilidad de corregir algunas conductas irregulares a través de la pedagogía, como quedó de manifiesto en la junta celebrada ayer. Balears es la comunidad autónoma con más coches por habitantes, y sus carreteras son, en ocasiones, muy conflictivas debido a la saturación de las vías, especialmente en temporada alta, cuando se suman los coches de alquiler.