Ayer fue el último domingo del verano, ya que mañana entramos en
otoño. Sin embargo, al seguir gozando de espléndidos días,
calurosos incluso, la gente no deja de acudir a la playa, aunque
puede que en menos número que en semanas precedentes, entre otras
cosas porque a la mayoría se les han acabado las vacaciones. Ayer,
en las tres playas de Palma en que estuvimos, Can Pere Antoni,
Ciutat Jardí y Cala Major, además de la de Cala Millor, había
bastantes bañistas, y al decir bañistas, la mayoría de aquí
-excepto en la última, donde predominaban los foráneos-, nos
referimos a personas, infantes y adultas, que además de tomar el
sol se bañan, señal de que el agua sigue estando en consonancia con
el ambiente: agradable.
No faltaron tampoco los motoristas acuáticos, y contamos media
docena practicando el windsurfing. Tampoco había variado mucho el
entorno respecto a días atrás, pues seguían abiertos los
chiringuitos, trabajaban los de las hamacas y sombrillas y seguro
que si hubiéramos ido a la altura del balneario 6 nos habríamos
encontrado con los fanta, lemon, bias y demás vendedores sobre la
arena. Porque, ya decimos, la temperatura sigue siendo muy buena,
el mar está en calma, hacía bastante calor y era domingo.
A todo esto, en los alrededores de las playas, todo, o casi
todo, seguía también como antes: bares abiertos, terrazas con
gente, párkings a tope de coches -sobre todo el de Can Pere Antoni-
gentes yendo y viniendo, algunos sin prisas, paseando. Y ya no les
cuento por delante de la Seu: ciclistas dándose una vuelta; gente
tomando el sol en los bancos; gente paseando, algunos en compañía
del perro; gente corriendo para rebajar peso, algunos resoplando
más de la cuenta, señal de que no lo llevaban bien...
Pedro Prieto
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.