Jaume Gibert explicó que durante los últimos seis años se han
visado en Mallorca un total de 55.228 viviendas y se han terminado
46.817, lo que implica que queda una bolsa de 8.411 proyectos en
fase de ejecución. El presidente de los aparejadores estima que de
ese total, unas 7.000 viviendas se acabarán durante 2004 y las
restantes se certificarán durante los próximos cuatro o cinco años.
Esto significa que el sector deberá de nutrirse sólo de los nuevos
visados que, si no se levanta la moratoria, alcanzarán sólo unas
3.500 viviendas.
El visado de viviendas unifamiliares o chalets, no afectados por
las normas cautelares, registra una caída del 61 por ciento entre
2003 y 1999. Esta reducción, según Gibert, se debe a una
autorregulación del propio mercado motivada porque los precios casi
se han duplicado desde finales de los noventa. El Colegio de
Aparejadores destaca también que los años 1998 y 1999 registraron
un impulso en la construcción por parte de inversores europeos,
principalmente alemanes.
El Colegio explica la reducción en el número de visados de
viviendas adosadas, del 90 por ciento entre 2003 y 1999, «por la
finalización de una moda» y por el aumento de precio generado por
la repercusión del suelo. Gibert señaló por otra parte que los
constructores y promotores de Mallorca se han «refugiado» en las
zonas en Mallorca en las que se ha levantado la moratoria de
plurifamiliares, como Inca o Manacor. Afirma que en Palma se ha
terminado la bolsa de licencias para construir y destaca que
edificios con licencia que eran considerados no rentables, se han
terminado por edificar.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.