Tanto Unió Mallorquina, socio de gobierno del PP, como los partidos
de oposición parlamentaria criticaron ayer muy duramente que los
presupuestos generales del Estado para 2004 recorten en un 4,86 por
ciento las inversiones previstas en Baleares, descenso que llega al
9,68 por ciento si se tiene en cuenta exclusivamente el nivel
inversor de los distintos ministerios.
Para Flaquer, este dato confirma que Balears «sigue marginada» y
que el Gobierno de Aznar «no tiene la mínima intención de cambiar
su política hacia las Islas».
El responsable d'Hisenda del Consell y miembro de Unió
Mallorquina, Miquel Angel Flaquer, consideró sorprendente que el
Gobierno no haya tenido en cuenta las expectativas ciudadanas.
«Aseguran que se ha iniciado una nueva etapa para compensar la
deuda histórica con la Comunitat, pero luego nos encontramos con el
hecho de que las inversiones han caído casi un cinco por ciento»,
dijo.
A las críticas expresadas por el socio del PP en el Govern se
sumaron ayer las del resto de formaciones políticas parlamentarias.
Para el diputado del PSOE Francesc Quetglas, es evidente que las
cifras recogidas en los presupuestos del Estado «entran en
contradicción con la promesa de lluvia de millones que estamos
sufriendo desde que Matas es presidente de la Comunitat».
«Ha quedado claro que buena parte de los anuncios de Matas son
un bluf y mera propaganda», opinó. Para Quetglas resulta
especialmente preocupante el descenso del 27 por ciento que
registran las inversiones del Ministerio del Interior. «No hay
voluntad de reforzar las materias relacionadas con la seguridad, a
pesar de que era una de las grandes promesas electorales del PP»,
opinó Quetglas.
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