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Los Moreno son una familia gitana que viven en una casa abandonada en la barriada del Amanecer, en la que, por no poder pagar el piso en que vivían, se establecieron hace ocho meses. El cabeza de familia, Manuel Moreno Santiago, se ha pasado en la cárcel seis años y medio por, según dice, haber declarado que las papelinas de caballo que le encontraron a una de sus hijas eran suyas. «Ahora tengo el tercer grado y estoy a punto de conseguir la condicional al haber cumplido los tres cuartos de condena, mientras tanto, como no me encuentro bien me han dado permiso para estar en casa». Uno de sus hijos, también con problemas, ha pasado una temporada en Es Pinaret, «pero ya está totalmente limpio», señala el abogado Carrión, quien les presta ayuda y asesoramiento de forma desinterasada. Los otros dos hijos no encuentran trabajo y, para colmo, la mujer está aquejada de un dolor en la cadera que la impide trabajar.

«Anteayer vinieron dos policías cuando no estaba en casa y le comunicaron a la niña que en dos días -hoy para el lector- debemos abandonar esto». Como la notificación fue verbal, y no por escrito, el abogado les aconseja que no se muevan. «¿Cómo es posible que la propiedad de esta casa permita que las ratas y suciedad se hayan adueñado de ella -se pregunta Carrión- y al mismo tiempo prive a esta familia que viva aquí en lo que soluciona el problema de vivienda?».

El cabeza de familia recuerda que «cuando llegamos aquí, no se podía entrar de lo sucio que estaba. Nosotros lo hemos limpiado, incluso hemos pintado las paredes y las puertas y, por turnos, por las noches, nos estamos cargando todas las ratas, que son del tamaño de un conejo. Nosotros estamos aquí de prestado -reconoce Manuel Moreno Santiago-, pero estamos sin crear ningún problema a nadie. Por eso pedimos que nos den un tiempo para encontrar una casa, o un chupano donde ir a vivir». Una de las vecinas, Catalina, señala que «aquí no hacen ningún daño. Limpian todo esto de ratas y de noche nos hacen compañía. Hay que buscarles una casa como sea, porque en la calle no pueden vivir».

Lo cierto es que hoy está previsto que la Policía Local los invite a salir, «pero nosotros -dice Moreno Santiago- procuraremos quedarnos aquí, pues esto está abandonado, lo hemos limpiado y no hacemos ningún mal a nadie. Mientras, seguiremos buscando trabajo y casa».

Pedro Prieto