Triunfo total. La lluvia no pudo ayer con la celebración de la cabalgata de la Beata y Maria Ginard Feliu vio su sueño cumplido de presidir el carro tiunfal. En la imagen la vemos luciendo su atuendo de payesa y el característico «capell», en compañía de su corte de ángeles, que no cesaron de obsequiar caramelos a los niños durante el trayecto. Foto:J. Pérez/. J. Torres.

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San Pedro y Santa Catalina Tomás echaron ayer un capote a la Beateta y la lluvia no hizo acto de presencia a la hora de salir la cabalgata del carro tiunfal, porque quina penada pasaron todo el día la protagonista, su corte, acompañantes y participantes venidos desde toda la Isla.

Estos últimos brillaron por su masiva y variada participación y también el catafalco de autoridades, que se vio repleto. Lo presidió la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, acompañada de la alcaldesa, Catalina Cirer; la consellera de Cultura del Consell de Mallorca, Dolça Mulet; la parlamentaria, Carme Feliu, y la regidora, María José Frau, entre otros. En cuanto al público se puede decir que se congregó en su mayoría frente al Teatre Principal, donde alcanza un brillo especial, y también en Unió, quedando tramos, como el de la Rambla, algo falto de público para verla pasar.

Los Tamborers de la sala, epadrí de la beata y la pareja de Gegants del Ajuntament abrieron un colorista cortejo en el que intervinieron un buen número de colles de xeremiers, 10 bandas de música, numerosos grupos de bailes mallorquines, y varias colles de dimonis, faceta que resultó muy novedosa, entre los que se intercalaron quince carrozas, que este año sí, fueron dignas del respeto a la tradición y costumbres mallorquinas.

Precediendo al carro triunfal estuvieron los típicos carretones, carrozas con payeses, el grupo del Cardenal Despuig y los Ministrils.

La Beateta Maria Ginard Feliu presidió el carro triunfal acompañada de su corte de ángeles. Llegada la preciosa caballería frente al Teatre Principal realizó su acostumbrada parada. Allí Maria Antònia Munar y la Beateta se intercambiaron sus regalos, para proseguir hasta Sant Nicolau donde recibió el preciado cucurucho con bombones y caramelos.

Amalia Estabén