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El productor vinícola Miquel Gelabert ha vuelto a dar la campanada en el Salón Internacional del Vino que ayer se clausuró en Madrid. Dos nuevas medallas de plata, una para su tinto Torrent Negre selección privada, cien por cien syrah, y la otra para su blanco Chadornnay, sitúan a Gelabert al frente de una de las mejores bodegas tradicionales de todo el país, una hazaña si se considera que titanes de La Rioja o Ribera del Duero no se han llevado ni una simple mención en la presente feria.

La estela de triunfos de la bodega manacorina, la única de Balears que ha acudido este año al Salón del Vino ya que, por cuestión de fechas, el Govern ha decidido no financiar el viaje de los bodegueros de las Islas, se remonta a la primera edición de 2001, en la que consiguió la medalla de oro por el Chadornnay. En 2002, su Gran Vinya Son Caules fue reconocido con el Gran Premio del Salón al mejor vino de toda la feria. Además, ese mismo año se llevó otras dos medallas de plata por su Cabernet Sauvignon y el Torrent Negre.

«Esto es lo que te estimula», reconoce Gelabert, «lo que te demuestra que vas por buena línea. Cuando ganamos el primer año una medalla de oro nos dijeron que no nos lo creyéramos, que una flor no fa estiu. Pero tres años consecutivos de éxitos, superando a grandes vinos españoles y del extranjero, ya es para tenerlo en consideración».

A finales de noviembre es probable que todas las bodegas de Balears viajen a Madrid a presentar sus productos, lo que no ha sido posible en esta feria porque muchas no habían terminado la vendimia.

Iván Terrasa
(Madrid)