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Investigadores de la Universitat de les Illes Balears (UIB), en colaboración con científicos de otros centros de investigación, han diseñado un método que «garantiza la localización de las piezas defectuosas en la elaboración del queso de Maó, la sobrasada, el lomo embutido y el jamón». Así lo confirmó ayer la Universitat de les Illes Balears, que ha llevado a cabo esta investigación en cooperación con las universidades Literaria y Politécnica de Valencia, el Instituto Tecnológico Alimentario y el Centre de Tecnología de la Carn de Girona.

La utilización de transductores de ultrasonidos de baja intensidad para el análisis de productos alimentarios también se ha aplicado a la sobrasada, para saber cómo afectan determinadas modificaciones en la composición y textura de las piezas a la onda sonora, hecho que se traduce en una paridad o en un aumento de la velocidad de los ultrasonidos.

Este sistema consta de «una metodología no destructiva», incluida en la cadena de producción, mediante la utilización de ultrasonidos. Entre las aplicaciones de los ultrasonidos en la elaboración de estos productos, el equipo de investigadores ensaya un método que facilite la deshidratación del queso y la entrada de la sal de una manera más rápida, lo que permite prescindir de las inmersiones sucesivas en agua con sal.