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La situación del tren de Inca se convirtió ayer en uno de los platos fuertes del pleno del Parlament y todos los partidos del anterior Govern, los partidos del Pacte, coincidieron en acusar al Ejecutivo de haber puesto en marcha «una campaña» de desprestigio.

Los portavoces de los grupos vieron en la memoria crítica que la propia SFM hace del servicio, y de la que informó Ultima Horael domingo, un intento de «desprestigiar» el uso del ferrocarril. Para Francesc Quetglas (anterior conseller), «parece que el PP quiere justificar las chapuzas de Alvarez Cascos con el AVE».

Una pregunta de Maria Antònia Vadell (PSM) y una moción presentada por Margalida Rosselló (EU-Els Verds) sirvieron para llevar a la Cámara el debate sobre el tren de Inca. Las dos acusaron al Govern de hacer lo imposible por crear un clima contrario al tren y al transporte público en general. La consellera Cabrer afirmó que no iba «a tolerar» que la acusaran de desprestigiar al tren y señaló que son los partidos del Pacte los responsables de la «nefasta» situación del servicio.

Pere Rotger, que además de presidente del Parlament es alcalde de Inca, dijo a este diario que no esperaba que la situación del tren repercutiara en la asistencia aDijous Bo.. Según señaló «confiamos en el buen hacer de los responsables de SFM». El alcalde y presidente insistió no obstante en que «sabemos que no reúne las condiciones».

La mayoría PP-UM rechazó la propuesta de EU-EV para crear nuevas líneas y presentar en seis meses el Plan de Transportes.