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Esquerra Republicana de Catalunya decidirá en las próximas semanas si el nuevo presidente de la Generalitat es Artur Mas o Pasqual Maragall. Las elecciones celebradas ayer en Catalunya han dejado un panorama electoral muy complejo que deberá despejarse en las próximas semanas. Tras la despedida de Jordi Pujol, CiU se mantiene como la fuerza política con más escaños y el PSC apenas avanza respecto a las anteriores elecciones. Aun así, el PSC vuelve a ser la fuerza política más votada en Catalunya.

Y Esquerra Republicana ha sido, tal y como se esperaba, el gran beneficiado de los comicios catalanes. La formación que lidera Carod Rovira casi ha duplicado su número de escaños y será la que decidirá si tras la marcha de Jordi Pujol gobernará su delfín, Artur Mas, o el socialista Pasqual Maragall. En los próximos días deberá estudiarse en profundidad las causas del crecimiento de ERC, un partido que ha quitado votos tanto a CiU como a socialistas.

El PP también ha avanzado respecto a las anteriores elecciones, pero no tendrá ninguna influencia en los futuros pactos. Por su parte, Iniciativa per Catalunya-Els Verds podría participar en un hipotético gobierno de coalición de izquierdas. Ése puede ser su papel.

Por lo tanto, ERC tiene ahora la llave de la gobernabilidad en Catalunya. Sus votos permitirían la continuidad de un gobierno nacionalista o, por el contrario, impulsarían un cambio liderado por Maragall gracias a un «pacto a la balear», es decir, una coalición de izquierdas. Maragall, como era su obligación, anunció anoche que intentará encabezar un gobierno de izquierdas. Y Artur Mas también se ve como futuro presidente. En cualquier caso, la última palabra la tendrá ERC. Y la decisión no es fácil.