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Desde que la gran patronal del comercio tiene potestad para intervenir en el calendario, la Navidad ha dejado de ser exclusiva de las fechas más o menos próximas al 25 de diciembre, eso ha quedado obsoleto, sino que arranca en esos días en que el calor aún aprieta y en las playas todavía hay gente suficiente como para que el vendedor de melón, piña y sandía siga pregonando su mercancía entre cuerpos desparramados sobre la arena.

La televisión marca el inicio puesto que es en este medio, en esa época periférica de la canícula, donde empiezan las campañas publicitarias de juguetes. En las ciudades como Palma, la Navidad empieza cuando agoniza octubre, que es cuando el Ajuntament empieza a colgar la bombillas por las calles comerciales, labor que están culminando estos días para que el 28, a las seis de la tarde, todo esté a punto para que la alcaldesa, Catalina Cirer, se estrene en el privilegio de apretar el botón para que en el centro de la ciudad se produzca una explosión de luz, indicativa de que ha dado comienzo la época oficial de ser felices.

El caso es que a estas alturas de la antesala de la Navidad palmesana todavía se observan algunas calles comerciales sin el bombillamen de rigor, como es el caso de la calle Unió, en la que los únicos adornos luminotécnicos son las farolas de Rodríguez, que poco tienen de navideño. Hay ausencia casi total de guirnaldas en el tramo de escalinata de la travesía comercial. El «casi» lo pone el solitario adorno romboide al principio de la calle, esquina Jaume II. Luego, un paréntesis hasta la calle Sant Nicolau, en donde los rombos azulados se repiten colgados hasta llegar a es Born. Si embargo, salvo El Corte Inglés y alguna que otra tienda especializada en vender adornos, en los comercios de la ciudad todavía estamos en otoño. Nada de luces, nacimientos, música de villancicos ni nieve artificial. Los escaparates sólo ofrecen cotidianidad en forma de pantalones de lana, chaquetas de cuero, bufandas y todo lo usual en estos calurosos días de frío. La Navidad todavía tendrá que esperar para meterse en los escaparates, aunque no mucho, porque eso de ahora tiene sus días contados, todo lo más hasta finales de este mes y principios de diciembre, como corresponde.

Pep Roig