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Más de la mitad de los incendios forestales declarados en Balears el pasado año tuvieron el carácter de intencionado, según confirmó ayer el conseller de Medi Ambient, Jaume Font, que presentó en rueda de prensa el balance de 2003. Ello implica que setenta de los 124 incendios en lo que va de año fueron provocados de forma intencionada, cifra que según Font es la más alta en las Islas en los últimos diez años. Para evitar la especulación, el Govern introducirá en la Ley de Acompañamientos de los Presupuestos de 2004 la prohibición de construir en la superficie quemada durante 30 años. Font detalló que, pese a que éste ha sido un «año complicado» debido a las altas temperaturas del verano, la superficie quemada por estos siniestros ha sido de 218'8 hectáreas, «muy por debajo» de la media de 789 arrasadas de la última década. Señaló que también ha bajado la media de hectáreas quemadas por incendio, 1'7 en 2003 frente a las 5'5 de los últimos diez años, un descenso que atribuyó a la labor de los profesionales y voluntarios de la materia, que cada vez están más coordinados y reducen más su tiempo de reacción ante estos sucesos. Con todo, el informe de la Conselleria concluye que el número de hectáreas arrasadas ha crecido notablemente en lo que va de año respecto a 2002, al pasar de las 57'8 del pasado año a las 218'8 del presente, básicamente a causa del gran incendio del Puig de Randa. Font apuntó que las «extremas temperaturas» registradas en verano no han sido, curiosamente, las principales responsables del número de incendios, sino los pirómanos. Recordó que el número de fuegos intencionados en 2003 casi ha doblado la media de 36 siniestros provocados por pirómanos de los últimos diez años, razón por la cual se creó una comisión especial de investigación, con representación de varios organismos. Los núcleos más frecuentados por los pirómanos han sido na Burguesa-Sant Agustí y la zona del Puig Cugulutx, en concreto en el vértice de unión entre los municipios de Porreres, Montuïri y Sant Joan. Hasta el momento, el incendio más importante en lo que va de año ha sido el registrado el pasado 7 de agosto en el Puig de Randa, que quemó 127 hectáreas de los municipios de Algaida y Llucmajor; seguido del de Calicant de Sant Llorenç des Cardassar el 28 del mismo mes, que arrasó 25 hectáreas.