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«No va a consumirse tanto territorio como aseguran los que se oponen al proyecto. Se está haciendo demasiada demagogia», acusó Cabrer, quien reconoció que la construcción de un túnel a la altura de Sineu va a incrementar el coste de las obras de la autovía pero, por el contrario, se reducirá el consumo de territorio. «Podríamos construir más túneles, pero la destrucción de territorio en la autovía Inca-Manacor se está magnificando y están engañando a la ciudadanía. La autovía sólo tendrá una anchura de 35 metros y se aprovechará al máximo el actual trazado de la carretera que une Inca y Manacor», subrayó la titular d'Obres Públiques.

Precisamente, Cabrer informó que su departamento ya ha firmado un acuerdo con el Ministerio de Fomento para gestionar directamente algunas de las obras incluidas en el convenio de carreteras, tal y como adelantó este periódico. En concreto, el Govern podrá licitar y adjudicar directamente las obras de la variante de Inca, la variante de Llucmajor, la autopista s'Arenal-Llucmajor y la ronda sur de Ciutadella. El convenio establece que toda la tramitación administrativa de los proyectos dependen directamente del Ministerio de Fomento, una fórmula que retrasa la ejecución de las obras.

Dicho acuerdo tiene una vigencia de dos años, aunque el Govern tiene la posibilidad de mantener la misma fórmula de gestión en caso de ampliar el convenio para recuperar los 204 millones de euros que no fueron gastados por ePacte. Cabrer aún no tiene fecha para cerrar el convenio y no descartó que se amplíen las partidas económicas para actualizar el acuerdo firmado en 1998. Mientras se espera ratificar el acuerdo con Fomento, Obres Públiques utilizará el «sistema alemán» para financiar los proyectos. Es decir, las obras podrán pagarse a plazos a las empresas constructoras.