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Cada uno de los expertos que participaron en el debate sobre el frente marítimo de Palma celebrado en la sede central de GESA aportó ideas para definir un proyecto global sobre el Passeig Marítim, una zona, como recordó el ex decano del Colegio de Arquitectos de Balears, Antoni Ramis, «que ha permanecido ordenada, pero sin desarrollar, algo que no ha ocurrido en el resto de ese enclave».

Hubo unanimidad entre los participantes en la mesa redonda, que cerró las jornadas, en buscar el máximo de consenso entre los estamentos de la sociedad para fijar las coordenadas más propicias sobre un correcto desarrollo de una zona estratégica para la ciudad.

Ayer intervinieron el gerente de Urbanismo del Ajuntament de Palma, Juan José Ferrando, el presidente de la Autoritat Portuària, Joan Verger, el urbanista y autor del proyecto de reforma del sector de Llevant del frente marítimo, Joan Busquets y los arquitetcos Pere Rebassa y Antoni Ramis.

Verger, precisamente, incidió en que la fachada marítima «es una cuestión de consenso entre el Ajuntament de Palma y las autoridades urbanísticas». «Aunque nosotros seamos Administración del Estado», dijo, «el Consell de Mallorca y Cort tienen competencias sobre los planes especiales del puerto. Mi intervención tiene que ser, necesariamente, desde el punto de vista portuario. Debo analizar las necesidades, el crecimiento vegetativo que se está registrando en el puerto y la dificultad enorme que tiene el puerto de Palma para crecer y dar cabida a las necesidades de futuro». El presidente de la Autoritat Portuària señaló que con las inversiones previstas, «se puede prever que las garantías de buen funcionamiento se prolongarán hasta el 2010, siempre y cuando no vengan grandes acontecimientos como hubiese sido la Copa América, que nos hubiese producido una situación difícil, aunque la hubiésemos arreglado». Y añadió: «El puerto de Palma tiene una complejidad enorme comparado con otros puertos, porque no podemos crecer hacia la zona de GESA, del Portixol, ya que está la Catedral, que es algo sagrado, y todos aceptamos este principio. En los 60.000 metros cuadrados de la primera parte del Moll Vell (donde se ubica la Autoritat Portuària), es posible realizar una remodelación importante, y es ahí dónde estamos trabajando para llegar a un acuerdo con el Ajuntament para hacer lo que estimemos oportuno. En el resto del puerto, queda muy poco margen de maniobra para hacer cosas que no sean transporte de mercancías, pasajeros y cruceros. El Dique del Oeste, por ejemplo, que se construyó con la mentalidad de dique de abrigo tampoco puede crecer mucho en explanadas porque, o perdemos línea de atraque, o los cruceros tendrían dificultades en el dique de Pelaires para girar y volver a salir del puerto. En resumen, estamos limitados y con pocas posibilidades de crecer».

El Plan Territorial de Mallorca prevé una posible ampliación del Dique del Oeste, pero según Joan Verger, el problema que existe «es que el calado actual es de 25,30 metros». No obstante, reiteró que la operatividad del puerto está garantizada hasta el año 2010 con las ampliaciones previstas de unos 50.000 metros cuadrados en el Moll Vell en el 2004, y unos 30.000 en el 2007, con una inversión de unos 60 millones de euros.

Antoni Ramis, por su parte, realizó la siguiente reflexión: «Estamos debatiendo sobre un tema en el cual tenemos una oportunidad histórica de poder arreglar. Hoy se ve que el planeamiento previsto en el Passeig Marítim está obsoleto y que por lo tanto es necesario repensarlo con los ojos del año 2003. No estamos hablando sólo de ordenar urbanísticamente la ciudad, sino que hay un compromiso con la ciudad de generar algún tipo de actuación que dé una salto cualitativo al entorno urbano de Palma. Es decir, que estamos delante de una oportunidad de crear un gran parque o de crear Palacio de Congresos, algún equipamiento que sea una seña de identidad de la ciudad de Palma». Las jornadas sobre el frente marítimo de Palma dejó una conclusión clara: el soterramiento del Passeig Marítim pierde adeptos a marchas forzadas. «Yo lo evitaría», dijo el ex decano del Colegio de Arquitectos, Antoni Ramis. «Es un tema que ha surgido por la descoordinación entre administraciones ya que Carreteras y Ajuntament no se han entendido, y es algo que se debería resolver de otra manera. Para mí es un error. El Passeig Marítim necesita un proyecto global, no sólo un proyecto de este tramo y habría que crear una especie de bulevar, un parque lineal en la primera línea como hay en otras ciudades. También sólo tendría que haber un tráfico blando».