Nadie duda de que esta noche «en Figuera» será puntual, y a las doce en punto, con la plaza de Cort a reventar de gente, dará la primera campanada que marque el inicio del final de 2003 y el principio del comienzo de 2004. Y decimos que nadie duda de que suceda eso porque jamás ha ocurrido lo contrario, y más desde que los cuidados de «en Figuera» son responsabilidad del relojero palmesano, del Coll d'en Rabassa, Fernando Fernández, iniciado en el oficio a los ocho años y reparando relojes desde que tenía 12, a quien ni los años ni la dichosa pierna le impiden subir hasta lo más alto del caserón. Sube lentamente, renqueando un poco, pero sube. Como ayer, a mediodía, cuando estuvo echando el penúltimo vistazo a la maquinaria, y decimos penúltimo porque hoy volverá a revisarla. «Y no es porque vaya a pasar algo, o no me fíe de él -dice señalándolo-. Es porque me gusta y también porque es mi trabajo. Él -señala hacia el campanario- goza de una excelente salud, pese a los años que tiene, todo por las buenas revisiones que periódicamente le hacemos».
A punto
Según Fernando Fernández, el veterano relojero de Cort, «en Figuera» goza de buena salud, por lo que esta medianoche tocará a la hora en punto
31/12/03 0:00
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