Otro de los galardonados con el Premi Ramon Llull fue el
periodista, escritor, traductor y colaborador de Ultima Hora Pere
Bonnín, por su labor informativa. Pere Bonnín valoró el galardón
así: «No diré que lo merezco, pero recibir este premio es para la
gente de mi gremio como un caballo de refresco». Asimismo, y en
relación a la ausencia de la escritora Antònia Vicens, Bonnín
aseguró: «Los premios Ramon Llull son unos premios institucionales
que están al margen del partido político que constituye el Govern
balear. Son la máxima distinción que concede nuestra autonomía. No
hay que olvidar que nuestras instituciones son todavía débiles y no
conviene menospreciarlas, es como tirarse tierra encima», apuntó.
El acto contó con una amplia representación de la vida política,
social y cultural. En sa Llonja se concentraron unos 600 invitados.
Los galardonados con los Premis Ramon Llull accedieron a sa Llonja
junto a las autoridades: Jaume Matas, presidente del Govern; Pere
Rotger, presidente del Parlament; Rosa Estarás, vicepresidenta del
Govern, Maria Antònia Munar, presidenta del Consell Insular de
Mallorca; Joana Barceló, presidenta del Consell Insular de Menorca;
Pere Palau, presidente del Consell Insular de Eivissa i Formentera,
y Catalina Cirer, alcaldesa de Palma.
Entre el público se encontraban Francesc Antich, candidato al
Congreso por el PSOE, María Salom, candidata del PP; Miquel
Rosselló, de Esquerra Unida; Maria Antònia Vadell, del PSM; y Jesús
Murgui, obispo de Mallorca, entre otros.
Este año, los premios no han estado exentos de polémica, ya que
una de las premiadas, la escritora Antònia Vicens, no asistió al
acto por estar en desacuerdo con la política lingüística del actual
Ejecutivo balear. Por esta razón, y tras leer aquellos méritos por
los que la Comunitat había premiado a la escritora, Pere Rotger,
presidente del Parlament, institución que la propuso, recogió el
premio.
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