Ni el frío, ni la lluvia, ni la nieve impidieron al público disfrutar de las generosas degustaciones. Foto: AMALIA ESTABÉN

TW
0

El frío, la lluvia y el granizo empañaron un día más la segunda jornada dedicada a la celebración del Dia de les Illes Balears. A pesar de ello, cientos de ciudadanos pertrechados con abrigos y paraguas no quisieron perderse la visita a los recintos de es Born, Drassanes, y Moll de sa Llonja, donde se localizaban el mercadillo medieval y la Mostra de Cases Regionals, que está batiendo todo un récord de asistencia.

La afluencia de público en es Born fue más bien discreta, pues allí también es discreta la oferta. Mucha información cultural o turística a través de folletos, pero no gastronómica, que constituye uno de los alicientes más atractivos, mayor aún si se ofrecen en cantidad degustaciones gratuitas. El mercadillo medieval de Drassanes se vio más concurrido, pues allí se situaron los estands de los artesanos de cerámica, palmito y productos del cerdo, que se ambientaron a ratos, debido a la lluvia, con un grupo de animación de calle y el canto de sa ximbomba, y dejando para otra ocasión el taller de cuentacuentos para los niños. Por la tarde, sin embargo, estuvo muy concurrido.

La jornada de puertas abiertas del Consolat de la Mar acogió a muchos grupos, sobre todo familias. En el Moll de sa Llonja se dieron cita a las once de la mañana las autoridades, encabezadas por la consellera de Presidència, Rosa Puig, y la alcaldesa, Catalina Cirer, acompañadas del coordinador, Antoni Contestí; el vecepresidente de la Diputación de Zamora, José María Barrios, y presidentes de las casas regionales. Se inició con la ofrenda floral y cuando el capellán Juan Cózar iniciaba la eucaristía cayó una fuerte granizada, seguida de lluvia, que obligó a suspenderla.