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En la actualidad, 23 jóvenes -21 hombres y 2 mujeres- de Balears se preparan para ser policías nacionales en la Escuela Básica que el Cuerpo Nacional de Policía tiene en Àvila. De ellos, diecinueve son de Mallorca, dos de Eivissa (Santa Eulàlia y Sant Antoni) y otros tantos de Maó (Menorca). Han llegado hasta allí tras haber superado las pruebas de ingreso -unas 30.000 instancias de ingreso para sólo 4.000 puestos, distribuidos en dos turnos-, cosa que no todos han conseguido en una primera vez; los hay que han tenido que intentarlo tres veces.

También en la escuela de Àvila, cuatro policías, uno de ellos subinspector de Manacor, están haciendo los cursos de la escala ejecutiva para inspector. La duración del curso es de dos años (nueve meses cada curso), más un periodo de prácticas (siete meses) en comisarías con servicios, pero siempre acompañados de inspectores. El inspector Jiménez, cuya familia -esposa e hijos- vive en Mallorca -él estuvo destinado hace años en Palma, cuando el cuartel estaba en la plaza del Rossellón, y posteriormente en Marivent- nos acompaña durante la visita que hacemos a la escuela. Nos dice que en este destino se encuentra muy a gusto -está al frente del gabinete de Psicología- pero que a nada que pueda «pido para irme a Mallorca y reunirme con los míos».

Estos alumnos, que como quien dice acaban de llegar a Àvila, han comenzado el curso básico de formación, de cinco meses y medio de duración, en el centro, al que seguirá un periodo tres meses y medio en distintas comisarías de España, donde recibirán clases teóricas y prácticas, sin salir a la calle, más otro de pruebas, éste con salida a la calle, de servicio, pero en todo momento acompañados por un policía profesional. En este periodo pueden llevar armas. Mientras dura el curso y el primer curso de prácticas, perciben el sueldo base de policía. Durante el segundo, estos emolumentos se ven incrementados por el plus de puesto de trabajo.

Pedro Prieto (Àvila)