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El terrorismo interrumpió en Balears el desarrollo de la campaña electoral; alteró las estrategias de todos los partidos y acalló, con los ecos de su brutal acción en Madrid, las polémicas entre los candidatos. Igual que en el resto de España, la sombra de ETA (principal sospechosa, ayer, hasta que el ministro Acebes apuntó vinculaciones con el terrorismo árabe) había planeado durante toda la campaña y ayer se hizo visible en toda su crueldad. No habrá «fin de campaña», pero los candidatos y candidatas por Balears asistirán a la manifestaciones convocadas para esta tarde.

Todos los líderes pidieron al electorado que acuda masivamente a las urnas, aunque ninguno reclamó ayer el voto para sus formaciones. Todo se detuvo abruptamente al confirmarse el alcance de los atentados. Los actos de cierre de campaña que los partidos habían convocado para la medianoche de hoy se suspendieron casi al unísono y las ruedas de prensa fijadas para la jornada de ayer se transformaron en enérgicas condenas a ETA. Desde el primer momento, nadie dudó en atribuir al terrorismo etarra la responsabilidad de los hechos y la ira y la rabia, e incluso el llanto, se convirtieron en lema de la jornada.

«Nunca hubiésemos querido convocar esta rueda de prensa», dijo la candidata de Progressistes, Fernanda Ramón, al borde de las lágrimas. Ella, como los otros candidatos de su coalición, se había colocado un crespón negro. «Nos hemos quedado sin palabras, no hay ninguna idea política que justifique el terrorismo», aseguró Ramon para hacer luego un llamamiento a la participación en las elecciones del domingo. Buele y Joan Lladó (ERC) rechazaron abiertamente el atentado. Aceptaron sumarse a cualquier movilización y llamaron a la activa participación el domingo.