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S.C./J.J.S/C.A.
Estudiantes, trabajadores de la sanidad pública y privada, taxistas, empleados de banca, restauración, comerciantes, trabajadores de Palma y de la Part Forana se sumaron ayer a las concentraciones de quince minutos convocadas por los sindicatos como señal de protesta por el atentado terrorista de Madrid.

Más de un millar de estudiantes se manifestaron en Palma contra el terrorismo, marchando desde la Plaça d'Espanya, donde se concentraron al mediodía, hasta Cort. Portando pancartas y sin dejar de corear consignas, y ante la mirada y algunos aplausos de los transeúntes, los estudiantes sólo interrumpieron la marcha con tres sentadas en silencio durante tres minutos y con las manos en alto.

Educació recomendó la suspensión de las clases a las 17 horas para facilitar la participación en la manifestación de la tarde. No obstante, en la de la mañana se denunció que algunos centros privados y concertados habían impedido a sus alumnos asistir en la protesta. La patronal de la enseñanza aseguró que se había dado plena libertad para la participación.

Por su parte, numerosas comunidades educativas, convocadas por el STEI, guardaron ayer un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de los atentados.

También se produjo una respuesta masiva del comercio mallorquín contra el atentado perpetrado el jueves en la capital del Estado español. Signos de duelo en el comercio que ayer cerró en torno a las 18.00 horas para facilitar la asistencia de los trabajadores a la manifestación convocada a las 19.00 horas para condenar el atentado del 11-M y se ofrecieron párkings gratuítos a los ciudadanos que querían participar en la manifestación de la tarde.

Antonio Vázquez, gerente de C&A, manifestó su indignación por el atentado y anunció el cierre de la delegación a las 18.30 horas. Àngel Hernández Leiba, de El Corte Inglés, manifestó también su condena contra la «barbarie» de Madrid, y anunció el cierre a las 18.30 horas. Este comercio también puso en el escaparate banderas con crespón negro.

Signos de duelo para solidarizarse con las víctimas del atentado, como rezaban algunos escritos en los escaparates de los pequeños comercios de Palma, que también cerraron sus puertas antes de lo habitual para facilitar la asistencia de los trabajadores a la protesta.

Asimismo, se sumaron al cierre anticipado muchos supermercados de la Isla, como los del grupo Caprabo que a las 18.00 horas cerró los 600 establecimientos comerciales con los que cuenta en territorio español. Asimismo, los supermercados del grupo Aprop (antes SYP), Carrefour, el centro comercial Alcampo, los locales de Festival Park así como muchos otros comercios que quisieron sumarse a la jornada de protesta, algunos de forma más anónima.

Los sindicatos convocantes de los paros, UGT y CCOO, indicaron que las concentraciones fueron muy numerosas en los centros de trabajo y proclamaron su «solidaridad con las víctimas y sus familias», afirman en un comunicado.

Los paros de quince minutos también fueron secundados en la cárcel de Palma, en las instalaciones de Tirme, en los hospitales públicos y privado -como en la Clínica Rotger cuyo personal paró durante 5 minutos-, centros de salud, en las estaciones del tren y en numerosas empresas privadas.