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El Govern de Balears está convencido que los cambios que el Gobierno de Zapatero introducirá en la Ley de Calidad de la Enseñanza (LOCE) no cuestionará que los padres puedan escoger la lengua en que desean educar a sus hijos en la primera enseñanza. Así lo declaró ayer el conseller d'Educació, Francesc Fiol, en los pasillos de la Cámara balear. El Govern pretendía poner en marcha estas nuevas medidas a partir del inicio del nuevo curso escolar, en septiembre. Fiol recordó que las comunidades autónomas tienen algunas competencias exclusivas. Otras medidas del paquete autonómico, como la creación de una sección filológica en el Institut d'Estudis Balearics no tenían aún fecha para su entrada en vigor, dijo.

El conseller se refirió a este asunto a raíz de la decisión de algunas comunidades autónomas de anticiparse a lo que pueda decidir Zapatero y suspender ya los plazos previstos para la aplicación de la LOCE. Dijo que sería adelante con el desarrollo reglamentario previsto por entender que «la obligación de cuaqluier gobierno es cumplir con las normas que están vigentes». En cualquier caso, apuntó, el Govern balear apostará por «el diálogo» y «ofrecerá su colaboración». Recordó que la vía del recurso siempre queda abierta, si bien precisó que no es esa la opción que ahora se está barajando. Confío en una reunión con la próxima titular de Educación del Gobierno de España cuando ésta tome posesión de su cargo.

Previsiblemente, estos serán los argumentos que exhiba Fiol cuando se discuta en el Parlament una proposición no de ley que ayer presentó el grupo EU-Els Verds y en la que insta al Ejecutivo a paralizar la aplicación de este ley. En su propuesta, la coalición argumenta que el nuevo escenario abierto ante esta promesa «hace aconsejable que la administración autonómica, a fin de evitar confusiones y esfuerzos innecesarios, también paralice el despliegue reglamentario y las actuaciones administrativas que tuvieran como fin» la implantación de la norma de cara a la próximo inicio de curso.