El secretario general del PSIB, Francesc Antich, conversó ayer en
Madrid con el secretario de Organización federal del partido, José
Blanco y, a su regreso, dio instrucciones precisas sobre el modo de
hacer frente a las críticas internas que se han suscitado por la
negociación de los cargos que deberán ser sustituidos en Balears,
entre ellos el delegado del Gobierno.
Antich, visiblemente molesto por las declaraciones públicas de
cargos del partido, hizo llegar a los medios informativos su
posición: dijo que este era el momento de la cohesión interna,
recordó que el próximo domingo se convoca el congreso y pidió a
todos los afiliados que cualquier reclamación o descontento debía
plantearse en los órganos internos del partido. Inusualmente,
Antich no hizo llegar su posición directamente sino a través del
partido.
Este diario ha sabido que la dirección está muy molesta, sobre
todo con la reacción de Calvià y de una parte de Palma. Además, y
sobre todo, por el hecho de que esta nueva estrategia de crisis se
produzca en estos momentos, cuando todo el partido debía estar
preparándose para las europeas. Eso es lo que ha podido pulsar este
diario a pesar debloqueo impuesto por Antich. «Hemos estado a punto
de que nos impusieran un delegado del Gobierno y que, además, ni
siquiera fuera del PSIB», dijo ayer una fuente sin relación con la
dirección a Ultima Hora.
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