El Consell de Mallorca no podrá ampliar la planta incineradora de
Son Reus durante esta legislatura, tal y como era su pretensión, y
deberá esperar a la próxima para poner en funcionamiento el nuevo
horno -o los dos nuevos hornos, aún está por decidir- que quemarán
las basuras que producen a diario los ciudadanos de la Isla.
El director insular de Residus, Guillem Riera, explicó que en
los próximos tres años será imposible tener listo todo el proceso
para que otras 150.000 toneladas de basuras ardan en Son Reus. Ello
se debe tanto a problemas administrativos y burocráticos como
problemas técnicos de ingeniería. En primer lugar, el Consell
deberá volver a modificar el Plan Director de Residuos que ya
modificó previamente el Pacte de Progrés en la pasada legislatura.
La modificación es imprescindible dado que se han superado
ampliamente las previsiones de producción de residuos en
Mallorca.
Por otra parte, el proyecto técnico de ejecución del nuevo horno
es tan complicado que incluso es posible que deba construirse un
nuevo edificio anejo al de la actual planta incineradora. Las dos
líneas de incineración que existen en Son Reus tratan cada una de
ellas 150.000 toneladas de residuos al año, lo que suma una
capacidad actual de incineración de 300.000 toneladas. Dado que el
año pasado se tuvieron que depositar en el vertedero 177.000
toneladas, es posible que no baste con una nueva línea y deban
instalarse dos nuevos hornos o bien uno de mayor potencia.
Lo que sí esta decidido es que, una vez que entre en
funcionamiento la nueva línea de incineración, entre los años 2008
o 2009, el Consell cerrará definitivamente el actual vertedero de
EMAYA, una instalación que ocupa 300.000 metros cuadrados y que
tiene una altura de 35 metros.
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