Los transportes son los primeros afectados por la subida de los
carburantes y el actual precio del petróleo, que se encuentra por
encima de los 38 dólares el barril -cuando se estima que 25 es un
precio razonable-, ya empieza a repercutirnos a todos. Porque las
gasolinas que utilizamos todos a diario alcanzan precios
históricos, superando en el caso de la Súper la barrera psicológica
del euro. Y, como era previsible, las compañías aéreas no han
tardado en repercutir estas subidas en el precio de sus
billetes.
Claro que a un ciudadano cualquiera de un punto cualquiera de la
Península le puede afectar o no la subida de los precios de los
aviones, pero a nosotros, que vivimos en Islas, esta medida nos
supone un auténtico varapalo. Ya lo han anunciado Spanair y Air
Europa y, probablemente, lo hará también Iberia. La subida de
precios no puede hacerse al mismo tiempo ya que esto motivaría la
intervención de Defensa de la Competencia, ya que podría dar la
falsa impresión de que el incremento se hizo de forma pactada. Lo
mismo han hecho otras compañías extranjeras. Para estas empresas,
el combustible supone casi el 20 por ciento de los costes y resulta
lógico que el desmesurado aumento del precio del petróleo les
afecte de lleno.
Pero no debemos ser los ciudadanos de las Islas, condenados a
coger siempre un barco o un avión para salir de aquí, quienes
paguemos los platos rotos de una situación internacional
complicada. Es aquí y ahora donde nuestros dirigentes deben mostrar
toda su firmeza para exigir mayores ayudas al transporte para los
ciudadanos isleños.
Porque el 33 por ciento de descuento aéreo que disfrutamos se ha
quedado corto con las continuas y abultadas subidas de precios que
los billetes de avión han sufrido en los últimos años. Exigir el 50
por ciento es ya una necesidad imperiosa.
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