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El obispo de Mallorca, Jesús Murgui, presidió ayer una misa funeral celebrada en la Seu en memoria del obispo Teodor Úbeda en el primer aniversario de su fallecimiento. La Eucaristía fue concelebrada, entre otros, por el presidente del Cabildo Catedral, Joan Bestard; y por el vicario general, Andreu Genovart. Alrededor de 700 personas asistieron a la misa en la Catedral de Palma, entre ellos familiares, amigos y fieles de don Teodor, que, un año después, quisieron rendirle este homenaje y agradecerle sus tres largas décadas de servicio y dedicación al frente de la Iglesia de Mallorca.

La única representante institucional fue la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer. Tampoco quiso faltar Xavier Bonet, director de la COPE. Antes de comenzar la Eucaristía, los asistentes fueron invitados a ocupar los bancos del coro del presbiterio. El actual obispo, que conocía personalmente y apreciaba a su antecesor, Teodor Úbeda, tuvo emotivas palabras de recuerdo para él durante la homilía. «Fue un hombre comprometido en tiempos de fuertes compromisos, un hombre trabajador y organizador para una época de cambios y un hombre luchador en momentos de lucha y de renovación social y eclesial», expresó el actual obispo de la Iglesia de Mallorca.

Murgui agradeció «las muestras de afecto y respeto hacia el obispo Úbeda que se han recibido estos días». Hace un año, añadió, «la comunidad diocesana de Mallorca lloraba por el que fue su pastor» y hoy «renovamos nuestra pena, pero también el deseo de dar gracias por la que fue su vida y por su ministerio pastoral, cuyos frutos quedarán siempre entre nosotros». Calificó de «verdaderamente ejemplar» la respuesta de la sociedad mallorquina en aquellos días de duelo».