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El conseller de Medi Ambient, Jaume Font, reafirmó ayer su apuesta por un mayor presencia de la desalinización en el suministro general de agua. Acompañado por el director general de Recursos Hírics, Joan Crespí, Font justificó esta línea de actuación en la «necesidad de explotar menos los acuíferos para dejarlos en reserva o recuperación, y aprovechar las tecnologías de la desalación». Para el conseller, «lo ideal sería no bajar del 50% de la capacidad de los acuíferos, que es exactamente la situación actual, siempre y cuando no nos veamos condicionados por una intensa sequía».

Font y Crespí pusieron como ejemplo la gestión del acuífero de sa Marineta de Llubí-Muro: «Desde septiembre de 2003 hasta mayo de 2004, hemos extraído de este acuífero 4'2 millones de metros cúbicos de agua, 3'4 millones menos que en el mismo período de 2002-2003, cuando se alcanzó una extracción de 7'6 millones de metros cúbicos. Este volumen ha sido sustituido en parte por la producción de la desaladora de Palma, lo que ha permitido recuperar en 17 centímetros el nivel de sa Marineta».

En ete sentido, Crespí apuntó que «desde el pasado septiembre, la desaladora de Palma habrá producido 13 millones de metros cúbicos de agua, 2 millones más que en el mismo período de años anteriores. Su capacidad es de 24 millones de toneladas anuales y la tendencia debe ser aproximarnos a ese límite». Font añadió que «si este año hemos aumentado en dos millones de metros cúbicos la desalación, el año que viene debemos llegar a los 2'5 millones y el siguiente, a los 3 millones, y así sucesivamente». El conseller defendió la construcción de la desaladora de Alcúdia para preservar así el acuífero de Inca-Sa Pobla, «teniendo en cuenta que la intrusión marina de la Badia d'Alcúdia llega 8'5 kilómetros hacia el interior. Este acuífero debe descansar y la desaladora lo permitirá». El mismo argumento utilizó para el acuífero de Crestatx, «que tiene una capacidad de recarga muy limitada. Es un acuífero sensible y una mínima explotación hace que el nivel baje de forma muy acentuada. Además, las extracciones en Crestatx afectarían sensiblemente a las reservas de agua de sa Pobla, Campanet y Búger».