Torres (izquierda), frente a Bellón, ayer en la asamblea de Ponent. Foto: TERESA AYUGA

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El sector oficialista del PSOE de Mallorca se recuperó ayer del varapalo sufrido el fin de semana a manos de los críticos tras las asambleas celebradas anoche en diferentes agrupaciones del partido en la Isla. Según los primeros recuentos -que continuaban a la hora de elaborar esta información-, los afines a Francina Armengol de cara al congreso de la Federación Socialista de Mallorca (FSM) habrían conseguido 33 de los 37 delegados que ayer se elegían. Hoy finaliza el plazo para la celebración de estas asambleas y la situación se aproxima a la de «empate técnico». En uno y otro bando se empezó a admitir ayer que gane quien gane, lo hará por pocos votos. Los críticos, que -en espera de que Joaquín Bellón también presente candidatura-, se inclinan por Damiá Cánoves para la secretaría general han hecho sus sumas y calculan que ganarían por tres o cuatro votos. Los oficialistas, reconfortados por las votaciones de ayer, amplían el margen a diez u once.

Las distintas agrupaciones eligen 201 delegados al congreso de Mallorca, a lo que hay que añadir las de las organizaciones sectoriales y Juventudes Socialistas. Los delegados críticos proceden de tres de las cuatro agrupaciones de Palma (entre ellas Ponent, que aporta 29), de Calvià (13), Llucmajor (5) y de Campanet, entre otras. Previsiblemente también tengan mayoría en Alcudia y Andratx. Aunque las asambleas eligen delegados para tres congresos (federal, regional e insular), lo cierto es que, en lo que se refiere a Mallorca, el congreso de la Isla es el que suscita mayor interés. Todo se reduce a un «Armengol sí, Armengol no». En este sentido, los propios críticos admiten que, por el momento, no ponen en cuestión la continuidad de Antich al frente de la secretaría general del PSIB.

Conscientes del «empate técnico» con que terminarán las asambleas, los «armengolistas» han acordado una estrategia: esperar a que hoy concluya el proceso y dirigirse, uno a uno, a los delegados «indecisos» o susceptibles de cambiar de bando. Varios cargos identificados con el sector oficial se han repartido la isla para negociar con los delegados. En este sentido, valoran especialmente, lo que pueda pasar en Ponent, donde Ramón Torres (secretario general) parece inclinarse por no fijar el sentido final de sus agrupación hasta el propio congreso de Mallorca. Los oficialistas cruzan los dedos para que cambie, hasta el congreso, el sentido del voto. De todas maneras, en Llevant, se votó contra la gestión de la ejecutiva de Antich, de la que forma parte el propio Cánoves. Los resultados de las asambleas del fin de semana no han desanimado a Antich. Dando por bueno que el resultado de Mallorca, «está abierto», no renuncia a presentarse a la secretaría general del PSIB. Fuentes del partido han señalado a este diario la «distorsión» que supondría un partido dirigido por Antich con toda la ejecutiva de Mallorca controlada por su «crítico» Damià Cánoves desde la secretaría de la FSM. De ahí la importancia de pactos y negoaciaciones.