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JOAN CARLES SABRAFÍN
D espués de un breve paréntesis en la gala de los Siurells de Plata de Ultima Hora , que en los últimos años adquirieron un carácter más íntimo "S.M. la Reina doña Sofía y Joan Riudavets, el desaparecido abuelo del mundo, recibieron sus respectivos galardones en sendos encuentros en privado", la gran fiesta del Grup Serra adquirió, de nuevo, toda su dimensión convocando a un millar de invitados que no quisieron faltar al tradicional homenaje que el diario líder de las Islas tributa a aquellos ciudadanos de Balears que han destacado a lo largo del año en sus respectivas ocupaciones.

Los Siurells brillaron como de costumbre, reuniendo a manteles a una selecta y nutrida representación del mundo de la política, la empresa, la cultura y la vida social balear. Pero, por encima de todo, contribuyeron a reforzar el ensamblaje de las piezas que conforman una comunidad tomada como punto de referencia a cada orilla del Mediterráneo. La unión hace la fuerza y los Siurells, el pasado viernes por la noche, le ganaron el pulso a la insularidad con un merecido reconocimiento a representantes de todo el Archipiélago.

En esta ocasión, el escenario elegido para la entrega de los premios fue el complejo Son Amar, que vistió sus mejores galas para recibir a los protagonistas de la noche. Tocadas las 10, la terraza del restaurante se había convertido en punto de encuentro de todos los asistentes. Bajo una carpa de 50 metros, abriendo el apetito con un exquisito aperitivo, los premiados recibieron las primeras felicitaciones de la velada. Mientras tanto, las azafatas del Grup Serra repartidas en los puntos de información comunicaban a los invitados sus respectivas ubicaciones en el comedor. Como se ha dicho al principio, la del viernes fue la noche de los reencuentros y eso también afectó a los presentadores de la gala, Lina Pons y Joan Carles Palos, un tándem histórico en la fiesta de los Siurells que volvía a compartir escenario. Entrañable, según sus propias palabras. Como en los viejos tiempos.

La fiesta se desarrollaba a buen ritmo. No podía ser de otra manera. La profesionalidad del equipo humano de Son Amar propició que la velada funcionara con la misma precisión de un reloj suizo. Desde el aparcamiento hasta la cocina. El personal puso de manifiesto su buen hacer en cada cometido. ¿Estaría el espectáculo a la altura de las circunstancias? El público no tardaría en averiguarlo. El aroma de la lechona abrió la boca del escenario. En el centro, Paloma, arropada por la OK Big Band, abría su actuación con «Solamente una vez», a la que sucederían otros clásicos de la canción. Desde su silla, Chenoa, la última galáctica en incorporarse a la plantilla de unos Siurells que agrupan, entre otros muchos, a los Reyes de España, Michael Douglas, el malogrado Peter Ustinov y Héctor Cúper, levantaba su mirada hacia la artista. Algún tiempo atrás, antes de convertirse en una estrella, ella también había estado ahí arriba, amenizando la noche de los Siurells en el Casino para un auditorio a veces más pendiente del plato que de la música. Laura lo sabía. «Lo recuerdo con cierta nostalgia pero, por encima de todo, con respeto». Y puntualizó: «Con mucho respeto». Quizá por ello, por saberse una privilegiada que se ha ganado a pulso su salida del anonimato para irrumpir como un huracán en la Champions League del espectáculo, no pudo contener la emoción a la hora de recibir la estatuilla de manos del presidente del Govern, Jaume Matas. A su lado, Àngel Fernández, otro de los premiados de la noche, le ofreció un pañuelo para secar sus lágrimas. Muy atento el gerente de la empresa Tirme. La noche de los reencuentros tampoco podía acabar sin la tradicional sorpresa. Después de que Pere A. Serra, presidente del Grup Serra, modificara el guión anunciando un quinto Siurell, ahora para el empresario Gabriel Escarrer, la guinda la pondría la llegada, poco antes de la una de la madrugada, de los primeros ejemplares de la edición del sábado de Ultima Hora en cuya portada, sobre la espectacular imagen de la entrada del «Queen Mary 2» en el Port de Palma captada por Humphrey Carter, pudieron verse fotografiados cinco de los seis galardonados. Fue, junto a las actuaciones del Dúo Flash y Celtic Dance, el mejor acompañamiento para los postres y el posterior café.