TW
0

La noche de Platja de Palma-s'Arenal se puede resumir en tres palabras: cerveza, música y diversión. Al menos por lo que concierne a la zona destinada a acoger un turismo alemán mayoritario, que a medida que cae la noche copa la célebre «Bierstrasse» y la «Calle del Jamón», dos enclaves ya míticos para sus incondicionales, apreciados por un público de mediana edad el primero y juvenil el segundo, que marcan el termómetro ambiental de esta zona turística. Desde la hilera de terrazas que se extienden por el paseo de palmeras, más concurrido por la noche que durante el día, resulta curioso observar la más variada gama de personas de todas las razas y aspectos, que van de las estilizadas teutonas luciendo sus últimos modelitos nocturnos a los inmigrantes subsaharianos y latinoamericanos vendiendo relojes y abalorios en sus puestos callejeros.

La emulación del modelo social germano ha llegado al punto de motivar la construcción de una casa a imagen y semajanza de las que pueden verse en Baviera, con su fachada de entramado de madera y tejado de doble vertiente con pasamanos tallado en su balconada exterior, donde a lo largo y ancho de sus dos plantas se congrega una multitud dispuesta a disfrutar al máximo de las horas nocturnas escuchando pegadizos ritmos musicales o seguir con frenesí los encuentros de sus equipos de fútbol al sabor de su bebida preferida. A su vez, las rutilantes macrodiscotecas durante esta época veraniega pugnan por atraer a la clientela con sus concursos de camiseta mojada, tanga y otras variantes destinadas a resaltar la anatomia humana en un programa veraniego pensado para atraer a las masas y cuyos resultados se exponen en vitrinas fotográficas donde se exhiben las fotos más atrevidas.

A medida que avanzamos hacia el límite con Llucmajor y dejamos atrás el área alemana, observamos una presencia continua de pubs holandeses con su característica decoración oscura y abigarrada, junto a locales destinados al noctámbulo nacional cuyo carácter se indica a la entrada, para evitar confusiones.

Gabriel Alomar