10/07/04 0:00
Ahora que las audiencias mandan, los patrocinadores reclaman minutos en la caja tonta para aportar capital y algunas federaciones han optado por minimizar las equipaciones de los equipos femeninos para poder sobrevivir. El voleibol, en sus dos vertientes: pista y playa, es uno de los ejemplos más significativos. La bella italiana Maurizia Cacciatori ha permitido que el Tenerife Marichal relanzara la Superliga Femenina y los bañadores de las mejores jugadoras de voley playa han convertido este deporte en uno de los más vistos en los Juegos Olímpicos. Antes de acudir a Atenas, la extensa delegación de bellezas han hecho una parada en Santa Ponça, para participar en el Swatch-FIVB World Tour Mallorca Open 2004.
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