La vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs, presidió la reunión sectorial de la mesa de diálogo social. Foto: PERE BOTA

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Govern, patronales y sindicatos constituirán seis grupos de trabajo para consensuar políticas de actuación que permitan «corregir» o adaptar el modelo turístico balear ante los cambios surgidos en la demanda y «asegurar así el futuro de la industria turística de Balears», según afirmó ayer la vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs, al término de la reunión sectorial de la mesa de diálogo social. En este foro, la Conselleria de Turisme presentó una propuesta marco de trabajo que será ampliada mediante aportaciones de los agentes sociales. El Govern espera tener listo un programa de actuación detallado en materia turística para el mes de septiembre.

El documento de trabajo del Govern propone facilitar la salida del mercado de la oferta obsoleta, «de forma no traumática». En este punto el conseller de Turisme, Joan Flaquer, adelantó que el Ejecutivo contempla la posibilidad de comprar y esponjar establecimientos «obsoletos» con dinero público, facilitar la reconversión de estos establecimientos en otro tipo de oferta turística de mayor calidad y menor número de plazas y, «en última instancia», permitir el cambio de uso de algunos inmuebles turísticos, aunque no existe ninguna decisión tomada en este punto. El Govern prevé actuar en este ámbito mediante la adaptación de los planes territoriales, el desarrollo del artículo 54 de la Ley General Turística e, incluso, contempla la posibilidad de crear un órgano de gestión de esta bolsa de plazas indeterminada.

El secretario general de CC OO, José Benedicto, alertó de los peligros del cambio de uso de la planta hotelera obsoleta. El sindicato estima que la reconversión de 60.000 plazas turísticas, estimación que nadie sostiene públicamente, provocaría un pérdida de 7.000 puestos de trabajo en la hostelería y la oferta complementaria de las Islas. Por su parte, el presidente de la Confederació d'Associacions Empresarials de Balears, CAEB, Josep Oliver, consideró que se habla «con ligereza» de la reconversión. Indicó que «nadie sabe cuántos hoteleros están dispuestos a retirarse del mercado» y señaló que «no hay muchos establecimientos en venta en las Islas».