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Los portavoces de la oposición en el Ajuntament de Palma pidieron ayer «responsabilidades políticas» al teniente de alcalde de Medi Ambient y presidente de Emaya, el popular Antoni Nadal, tras tener conocimiento de que una sentencia del Juzgado de Instrucción número 1 de Ciutat, de 23 de junio, condena a Nadal a pagar 10 euros diarios durante 20 días «como autor directo de una falta de coacciones», al haber dejado sin suministro de agua, «sin que hubiera razón aparente para ello», a la persona que en esos momentos vivía en un piso de su propiedad. El teniente de alcalde presentó ayer un recurso contra dicha sentencia.

Nadal dijo que ha sido condenado como ciudadano y no como político, si bien el fallo citado recuerda en los razonamientos jurídicos que «el denunciado es el actual presidente de Emaya».

El teniente de alcalde explicó ayer lo que serían los antecedentes del caso. En este sentido, Nadal indicó que, hace varios años, él y su anterior esposa entraron en litigio por divergencias acerca de cuándo debería abandonar ella el piso en el que ambos habían convivido, y que era propiedad de Nadal, un plazo de tiempo que, en principio, había quedado claramente delimitado en el convenio de divorcio que ambos suscribieron. Mientras no estuvo resuelto este caso judicialmente, su ex esposa alquiló dicha vivienda, decisión que Nadal dijo que no le fue consultada.

Recientemente, una sentencia reconoció que el piso en disputa era efectivamente propiedad del edil, por lo que se le entregaron las llaves del mismo, pero, sin embargo, dicha sentencia no entró a valorar la validez o no del contrato de arrendamiento que había suscrito su ex esposa meses atrás.

A principios del pasado mes de junio, Emaya comunicó a Nadal, «como ciudadano», que en los últimos cinco meses no habían sido pagados los recibos del agua de dicho piso, por lo que Nadal pidió «a título exclusivamente personal» que fuese cortado el suministro de agua, hecho que se produjo en unos días y que provocó la demanda de la inquilina, que ha ganado en primera instancia.

Por su parte, la alcaldesa de Palma, la popular Catalina Cirer, reiteró ayer su «total confianza» en Nadal, al entender que todo el caso se circunscribía al ámbito exclusivamente personal, que era recurrible la sentencia, que no consideraba que tuviese que dimitir y que no afectaba en nada a su labor política en Emaya.