El Consell de Mallorca aprobará la creación de una nueva tasa, con
la que sufragará el coste de eliminación de los escombros y otros
residuos de construcción que producen las obras. La tasa base será
de 28'5 euros por cada tonelada que se produzca, por lo que el
Consell ingresará unos 35 millones de euros anuales si se tiene en
cuenta que la producción anual de escombros es de 1'2 millones de
toneladas al año.
En cualquier caso, la totalidad de esos ingresos se destinará al
proceso de eliminación de estos residuos, de forma que el Consell
no obtendrá beneficios con la aprobación de esta nueva ordenanza
fiscal.
La intención de la institución insular es que la tasa pueda
aprobarse en el pleno que hoy celebra la institución insular. El
gobierno de Maria Antònia Munar ha consultado con los servicios
técnicos la posibilidad de incluir esta ordenanza por la vía del
despacho extraordinario. No obstante, pueden surgir problemas
administrativos de última hora que obliguen a aplazar su aprobación
al pleno ordinario del mes de septiembre.
¿Quién pagará?
Todo aquel que genere escombros como consecuencia de cualquier
actividad deberá pagar esta la tarifa fijada por el Consell. Ello
implica que la tasa la pagarán los empresarios de la construcción,
pero también los particulares que realicen obras menores en su
domicilio, como puede ser una reforma interior de su vivienda. Las
administraciones públicas no se salvan del pago, así que Govern,
Consell y ayuntamientos de la Isla deberán pagar también esos 28'5
euros por tonelada cuando realicen obras públicas que generen
escombros.
En el caso de los constructores, al ser considerados grandes
productores, se establece un sistema específico para realizar el
pago. Deberá depositar un aval que les será devuelto, con la tasa
correspondiente ya descontada, una vez que hayan hecho la entrega
de los escombros a las plantas de tratamiento.
El Consell de Mallorca ya ha hecho todas las inversiones
previstas, a través de la empresa concesionaria, para el sistema
entre en vigor de inmediato. El plan director fijaba la
construcción de seis plantas de transferencias de escombros
repartidas por toda Mallorca, a las se suma dos plantas específicas
para tratar los residuos: una en el municipio de Santa Margalida y
la otra en el de Bunyola. El tratamiento de este tipo de residuos
incluye además un depósito de rechazo en el municipio de Santa
Margalida.
El director insular de Residus, Guillem Riera, aseguró que el
Consell tiene todo preparado desde el punto de vista técnico. Las
plantas ya están acabadas ya que comenzaron a construirse hace un
año y medio. Riera reconoció que esta tasa puede crear malestar
entre determinadas personas, ya que siempre es mucho más fácil y
barato depositar los escombros de forma ilegal en una cantera o en
un barranco. Sin embargo, apuntó que las ventajas del sistema son
evidentes ya que permitirá tratar los escombros como corresponde y
evitará la aparición de vertederos ilegales en medio del campo,
cosa que sí sucede ahora.
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