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Laura Henares cumplió, el pasado lunes, 22 años de edad. Desde los 14 disfruta del mundo de la moda como afición y es una de las modelos más solicitadas en las sesiones de fotografía y pasarela, pues ante los focos y teleobjetivos se muestra cómoda y segura. Para mantenerse en forma procura asistir al gimnasio con regularidad. A pesar de ser muy golosa, mantiene una dieta alimenticia sana y equilibrada, procurando darse todos los caprichos que pueda, con moderación. Salir de compras o mirar escaparates es uno de sus irresistibles caprichos. A la hora de vestir le gusta ir perfectamente conjuntada y sin olvidar la importancia de los complementos, bolsos sobre todo, zapatos, pulseras, etc. Elige por lo general atuendos elegantes para cada momento del día o la noche. En plan más informal, se decanta por unos tejanos cómodos, pero de marca, y camisetas ajustadas. En el calzado, sandalias o zapatos de tacón.

Hace unos meses, en la elección de Miss Baleares 2004, Laura Henares fue una de las sopresas del concurso oficial de belleza al convertirse en la cuarta elegida entre las 24 aspirantes al prestigioso título. Además de obtener la banda de Miss Cabello 2004, Laura rozó la posibilidad de entrar a ser dama de honor acompañando a Marta Lozano en tan inolvidable noche de verano. Aunque no confiesa el secreto de su belleza, éste podría estar en la rigidez de su descanso, puesto que no perdona dormir un mínimo de ocho horas diarias. El séptimo arte es otra de sus aficiones, acudiendo al cine en compañía de sus amigas y siempre con un buen cucurucho de palomitas. Dice que no es de ir mucho a discotecas y que últimamente le gusta salir más a terrazas con la pandilla, pero cuando la música suena no puede evitar moverse al ritmo. Alegre y sencilla, asegura ser una apasionada de la paella y la pasta. Algún día le gustaría ir de viaje a Nueva York, sobre todo por dos cosas: ver la ciudad y salir de compras.

La estación otoñal, cuando las playas y la costa mallorquina se pueden disfrutar en su estado más puro, es una de las épocas del año que más le gustan. La tranquilidad y la leve afluencia de bañistas invita a que Laura disfrute de los últimos chapuzones y baños de la temporada. Trabaja profesionalmente como secretaria de dirección. Una de sus preocupaciones a nivel social, puesto que en el ámbito personal asegura estar feliz, es la pobreza, especialmente en los niños. Una situación que le toca la fibra más sensible, por lo que desde hace algún tiempo participa en el amadrinamiento de una niña de Nicaragua y colabora en la labor de un grupo de mallorquines que ayudan a los más pequeños de la zona a construir escuelas y facilitarles alimentos, además de los principales servicios sanitarios. Laura Henares, fuerte y con carácter, es todo corazón en su interior.

Julián Aguirre